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lunes, 17 de junio de 2019

CHAXIRAXI

     Chaxiraxi era uno de los nombres por los que los guanches, primeros pobladores de la isla de Tenerife (Canarias), denominaban a una de sus divinidades que fue sincretizada (intento de conciliar doctrinas distintas) posteriormente con la imagen de la virgen de Candelaria que habían encontrado en la isla antes de la conquista europea.

     Para algunos investigadores era una divinidad femenina relacionada con la luna y la fertilidad, mientras que para otros estaría vinculada al Sol. Así, era una de las diosas principales de la mitología guanche emparentada con la diosa Juno del entorno mediterráneo-norteafricano y con el culto a la estrella Canopo.

     Según la leyenda, dos pastores guanches, estaban con sus rebaños, en la zona de Chimisay, (hoy playa del Socorro, Güimar), quienes, al llegar a la boca de un barranco, notaron que el ganado no avanzaba. Uno de los pastores avanzó y vio en lo alto de una peña una imagen de madera como de un metro de alto de una mujer. Portaba una vela en la mano izquierda y cargaba a un niño en el brazo derecho. El niño llevaba en sus manos un pajarito de oro.

     Decidieron acudir al Mencey (rey o gobernante) de Güimar para contarte lo sucedido. El Mencey acompañado de los principales de su reino y otras gentes, acuden al lugar, quedando asombrados pensando que se trataba de un ser muy superior. La tomaron a hombros, y la llevaron a la casa del Mencey en Güimar, colocándola sobre unas pieles de cabra y oveja, pues era la alfombra que ellos poseían. El lugar se llamaba y se llama Chinguaro.

     Uno de los mayores misterios es, la posesión y adoración de una imagen cristiana mucho antes de que la Conquista fuera realizada. Esta imagen apareció entre 1390 y 1400, y era una talla en madera que representaba a una Virgen.

     Según la crónica de fray Alonso de Espinosa (1594), piensa que fue abandonada por un barco que había recalado en la Isla. Algunas teorías hablan de un abandono intencionado con el fin de preparar el terreno para la Conquista.

     De todas formas su culto se extendió a toda la Isla, debido sin duda a la identificación de la imagen con un ser supremo ya existente en el panteón religioso guanche.

miércoles, 26 de agosto de 2015

LAS BRUJAS DEL BAILADERO DE ANAGA

        Hoy nos trasladamos a las Islas Canarias, más concretamente al Macizo de Anaga, Tenerife. Según las leyendas, las brujas del Bailadero de Anaga eran mujeres que se dedicaban a hacer aquelarre, vestidas con ropas oscuras, subían de noche a lo alto del monte, ocultándose en la espesura del bosque, donde se podían escuchar cantos, si te acercabas las podías ver bailar alrededor de una hoguera, por eso a esas zonas se les llamó "Bailadero de las Brujas".
Bailadero de Anaga (Tenerife)

           A pesar de las creencias populares, que atribuían a estas reuniones un carácter de índole oscura y brujeril, nunca se ha llegado a conocer que en el lugar se diera el caso de rituales de sacrificios de  animales, o incluso humanos como bien datan de otras zonas del territorio canario, por lo que se supone que los aquelarres tenían unas raíces orientadas hacia ritos sexuales y paganos hacia la naturaleza, para pedir fertilidad para la tierra, y en épocas de sequía, lluvias, generalmente.
Aquelarre de Francisco de Goya
           Se cree en la autenticidad de estas historias porque hay pruebas de que si  pudo existir un verdadero "hervidero" de actos brujeriles en su época, ya que éstas historias sobre el Bailadero de las brujas en Anaga no sólo han llegado a nuestros días por medio del boca a boca durante generaciones, ya que además del saber popular, han habido cronistas de la época que recogían sus testimonios sobre los acontecimientos en sus obras.
          A pesar de ser este el más célebre, no es el único que hay en la zona, pues en la toponimia de Anaga podemos encontrar otros como:
  • El Bailadero de la Punta de Anaga, sobre el que se levanta el actual cementerio de la zona.
  • El Bailadero de Chinamada.
  • El Bailadero, cerca del "Llano de las Brujas", en La Orilla (Tegueste).
          Además por todo el macizo de Anaga existen multitud de referencias a las tradiciones brujeriles como por ejemplo la Playa de las Brujas, llamada así porque según la tradición fue uno de los lugares donde las brujas se bañaban desnudas después de sus rituales.

Fuentes: Wikipedia, Enigmas del Mundo
 

martes, 14 de julio de 2015

GARA Y JONAY

         La "Leyenda de Gara y Jonay" constituye una de las narraciones aborígenes más populares de las Islas Canarias (España). Es la historia de amor de un príncipe y una princesa aborigen que debido la oposición de sus familias deciden suicidarse. Esta leyenda ha sido de hecho calificada como la versión canaria de Romeo y Julieta, aunque esta leyenda aborigen es considerablemente más antigua que aquella de William Shakespeare.

        Hubo un tiempo, en la isla de La Gomera vivía una muchacha llamada Gara, princesa de la isla. En esta isla había unos chorros que aún se conservan, los chorros de Epina, que podían predecir el futuro en asuntos del corazón: si el agua se mantenía tranquila indicaba dicha en el amor, mientras que si el agua se enturbiaba era signo de desamor.

        Durante la fiesta de Beñesmer, el año nuevo guanche, Gara y otras jóvenes decidieron visitar los chorros y ponerlos a prueba. Cuando llegó el turno de Gara, el agua se mantuvo tranquila y serena pero luego empezó a enturbiarse y agitarse, apareciendo un sol incendiario. Contrariada, Gara consultó a  Gerían, el sabio del lugar. Este, de manera misteriosa, le dijo: “Lo que ha de suceder, sucederá. Huye del fuego, Gara, o el fuego te consumirá”. 

        Ese mismo día llegó a la isla Jonay, hijo de un mencey tinerfeño, que junto con su padre y demás nobles fueron a las fiesta de la pequeña isla. Cuando las miradas de Gara y Jonay se cruzaron, los jóvenes se enamoraron perdidamente en ese mismo instante.  Así se lo hicieron saber a sus padres y, para añadir más jubilo y alegría al Beñesmer, quisieron hacer público su compromiso.  Pero entonces el mar se llenó de destellos: el gran volcán de Tenerife, Echeyde (Teide), arrojaba lava y fuego por el cráter. Tanta era la furia de su erupción que desde La Gomera se podían divisar las largas lenguas encendidas de la cima.

       Entonces, Gara, recordó el augurio de los chorros y del anciano. Gara era princesa de Agulo, El Lugar Del Agua. Jonay venía de la Tierra del Fuego, de la Isla del volcán.  Gara y Jonay, agua y fuego.  Aquel amor era imposible.  Los padres de ambos, al enterarse del augurio, les prohibieron verse y al separarlos, la furia del volcán cesó.

       El joven Jonay, una vez de vuelta a Tenerife, no podía olvidar a Gara, así que, bajo el manto de la noche, se dispuso a volver junto a su amada a nado. Cuando llegó a La Gomera buscó a Gara, cuando la encontró, la convenció para huir juntos. Ambos se dirigieron hacia El Cedro, en lo más alto de la isla, perseguidos por los soldados del padre de ella. Los amantes subieron hasta el pico más alto de La Gomera, y al verse acorralados, tomaron un palo afilado por ambas puntas y, apoyándolo en sus pechos, se abrazaron y murieron atravesados.

     Desde entonces esa montaña se llama Garajonay, en recuerdo de los dos enamorados que prefirieron morir juntos a continuar su vida separados. Actualmente el lugar es un Parque Nacional: el Parque Nacional de Garajonay.

Chorros de Epina
 Fuentes: Wikipedia, Cuentos del Mundo