jueves, 22 de noviembre de 2018

ENDIMIÓN

La Visión de Endimión, de Edward John Poynter
     En la mitología griega, Endimión era hijo de Etlio y Cálice, hija de Eolo. Llevó a una parte de los eolios, que era una antiguas tribus griegas, descendientes de Eolo, desde Tesalia hasta Élide, donde desplazó a Clímeno, el cretense, hijo de Cardis proclamándose rey de Élide. 

     Otras fuentes afirman que, fue su padre Etlio el primer rey de Élide, sucediéndole Endimión en el trono.​ Su esposa es llamada de varias maneras: Neis, Ifianasa,​ Asterodia, Cromia o Hiperipa. Sus hijos fueron Epeo, Peón, Etolo y Eurícide. Se le considera uno de los precursores de los Juegos Olímpicos ya que hizo que sus hijos corriesen una carrera en Olimpia cuyo vencedor sería el heredero del trono. Venció Epeo, quien le sucedió.

     En otra versión era un pastor de Asia Menor, que se enamoró la luna. Todas las noches, dormía dentro de una cueva que utilizaba de refugio. Pero si el tiempo era bueno, dormía en la puerta de la cueva, al aire libre, observando a Selene, hasta caer dormido.

     Selene una noche bajó a la tierra, le vio dormido y se enamoró de él. Desde entonces le visitó todas las noches, le encontró siempre dormido, y se recostó junto a él sin despertarle.

     Endimión no sabía que durante sus sueños se volvía objeto de amor de la diosa. Hasta que una noche despertó y se enteró de que era el amante de la diosa. Ambos se confesaron su amor secreto y la felicidad los envolvió. Pero entonces empezó a temer su envejecimiento. Le pidió a Selene que le concediera juventud eterna con su poder divino. Ella recurrió a Zeus y éste decidió que Endimión no sufriría el paso del tiempo mientras estuviese dormido; sólo envejecería durante la vigilia.

     Endimión le hizo prometer a Selene que lo acompañase siempre mientras él durmiera. De ese modo, él no envejecería y siempre que se despertaría feliz. Cada noche, Selene lo visitaba donde dormía en el monte Latmo, en Asia Menor. Selene y Endimión tuvieron cincuenta hijas, entre ellas Naxos.

Hay una tradición que señala que su tumba se encontraba en el estadio de Olimpia en el lugar de salida de los corredore.​

Fuente: Wikipedia, https://sobreleyendas.com/