jueves, 2 de marzo de 2017

SUGAAR

     Sugaar, también llamado Sugar o Maju, Suarra, Sugahar, Sugoi o Maiu, es una deidad de la mitología vasca precristiana. Es una divinidad de carácter masculino, consorte de la diosa Mari, y padre de Mikelats (hijo perverso) y Atarrabi (hijo bondadoso).

     Sugaar es capaz de cambiar de forma, tomando generalmente forma humana o forma de serpiente o dragón.

     Tiene diversas moradas terrenales, como, en las cuevas de Amunda (o Agamunda) y de Atarreta, ambas en el pueblo guipuzcoano de Ataun; o en la cueva de Baltzola en Batzolamendi, en el barrio de Indusi en Dima (Vizcaya).

     Una leyenda vizcaína lo vincula al origen mitológico del linaje de los señores de Vizcaya. Según esta leyenda, una princesa escocesa refugiada en Mundaca tuvo un encuentro erótico con Sugaar, de donde nacería Jaun Zuria, primer Señor de Vizcaya que venció a las tropas leonesas o asturianas en la también mítica batalla de Padura, persiguiendo a los invasores hasta llegar al Árbol Malato, en el que estableció la frontera de Vizcaya.

     En Ataun, se podía ver a Sugaar surcando el firmamento en forma de hoz o media luna de fuego, y que esto era también presagio de tormentas y tempestades. También castigaba a quienes desobedecen a sus padres o han sido malditos por ellos. Por ello, está considerado como una figura negativa, llegándose a compararle con el mismísimo diablo en algunos lugares.