En la mitología girega, Astrea era hija de Zeus y Temis, siendo por tanto descendiente de las titánides.
Mientras su madre representaba la justicia divina, ella personificaba
la justicia en el mundo de los hombres. Según otras fuentes, era hija de
Astreo y Eos.
Fue también la última inmortal que vivió entre los humanos durante la Edad dorada de Crono. Zeus la elevó al cielo, situándola entre las estrellas como la constelación de Virgo, y la balanza que llevaba en las manos se convirtió en la cercana constelación de Libra.
Con frecuencia es confundida con Dice, una de las Horas y también hija de Zeus y Temis, quien representaba el concepto de justicia moral.
Durante la Titanomaquia, Astrea fue fiel aliada de Zeus. Al igual que Niké
(la Victoria) se convirtió en una de sus asistentes: la portadora de
sus rayos. La recompensa por su lealtad fue el permiso para conservar su
virginidad y el lugar entre las estrellas como constelación.
Se representa a Astrea como una diosa alada con una aureola
brillante, que porta una antorcha (todos estos son atributos de una
diosa estelar) y los rayos de Zeus.
Según la leyenda se cuenta que al final de la Era de los Dioses, ella
planto la semilla de cada estrella para la reencarnación de la Familia
olímpica, para así cumplir su función en el fin de la nueva era que
comenzaba.
Fuente: Wikipedia, http://www.elolimpo.com/