La Kikimora es el espíritu femenino de la mitología eslava, que dependiendo de con quién esté casada, adopta una forma u otra: la de
bruja del pantano, si es esposa de un Silvano, o la de Domovija; si es
la mujer de Domovoi, el espíritu de la casa; si es la esposa de Domomói, se la puede encontrar detrás de la estufa o en el sótano de la casa.
Nacen de los espíritus de los niños muertos sin bautizar o en
los fetos abortados, y según las leyendas, estos últimos vendrán a buscar a su madre, cuando esta muera para
llevar su alma al infierno.
La Kikimora es un espíritu
del sueño y de los fantasmas de la noche, son las pesadillas, sus
principales atributos son el hilo (tejido), los lugares húmedos y la
oscuridad. La segunda parte de su nombre señala su naturaleza, Mora (Mor, Mara) es una diosa de la muerte.
Las ocupaciones de la
Kikimora son el hilado y la costura: en la noche ella espía a los
propietarios y teje pesadillas con sus hilos sobre sus camas.
Por las noches, los niños se preocupan y confunden al ver el hilo que se
teje en las esquinas (como los hilos de las arañas) y el sonidos del
hilado de la Kikimora indica problemas en la casa. Su aparición se considera de mal
augurio. Los campesinos creen que la Kikimora puede entrar
cuando los carpinteros construyen o reparan una casa. Para evitar ello
se colocan muñecas de trapos (con la figura de la “kikimory”) bajo la
viga principal o en la esquina delantera de la casa.
Suele aparecer
por la noche, durante el invierno, principalmente
en la noche antes de Navidad. Si se queda en una casa es perjudicial
para la agricultura y molesta a sus habitantes, lanza los platos, impide el sueño, hace ruido por la noche, causa daño a los animales de la
granja, etc. A veces la Kikimora aparece antes de la
muerte de algún miembro de la familia, se la escucha llorar, al igual que las banshees.
Se cuenta que una persona que ve a una Kikimora hilar pronto morirá.
En algunos cuentos, se la describe como una
mujer de mediana edad, un poco torcida y fea, delgada y larga nariz, y como algunos duendes, se la representa a veces con
cuernos, lleva el cabello cubierto con un trapo. Se la
representa con pies de gallina o ave. También es descrita como una
pequeña mujer andrajosa y con sucia ropa y apariencia excéntrica.
Para apaciguar a una enojada Kikimora se
deben lavar todas las ollas y sartenes. Para librarse de una Kikimora hay varios medios como exorcismos, rezos, colgar jarras con cuellos rotos en los gallineros, atar con hilos
las bolsas del pan salado, para que no pueda llevarle su ración de pan a
su esposo, el Domovói, y este por inútil la eche del hogar, etc.
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