En la mitología griega, Múnito es el hijo de Laódice, una de las hijas de Príamo, y de Acamante, uno de los hijos de Teseo, que había ido en embajada a Troya antes de la guerra, a reclamar a Helena.
La joven le confió Múnito a Etra, que era abuela del niño, y después de la caída de Troya, lo devolvió a su padre. Pero Múnito murió en el cursó de una cacería, en Tesalia, a causa de la mordedura de una serpiente.