En la mitología griega, Dámiso, es uno de los hijos de Gea y de Urano. Nació, al igual que sus hermanos, de la sangre que brotaba de la herida que Crono le provocó con el fin de vengar a los Titanes, encerrados por Zeus en el Tártaro.
Los Gigantes eran seres enormes, barbados y con piernas de serpientes y Dámiso es el más rápido en la carrera. Aunque de origen divino, son mortales, pero era necesaria la unión de un dios y un mortal para dar muerte a un gigante y Dámiso cayó bajo los rayos de Zeus y las flechas de Heracles.
Existía también una hierba mágica que los hacía invulnerables a las heridas recibidas por los mortales. Para evitar que los gigantes tuvieran la luz necesaria para encontrarla Zeus prohibió a la aurora, la luna y el sol que brillasen y en la oscuridad recogió la planta.
El cuerpo de Dámiso fue enterrado en Palene donde habitaba Quirón hermano de Zeus y el más célebre de los centauros. Este recibió por encargo de Peleo la educación de su hijo Aquiles luego que su madre, la diosa Tetis intentara quitar las cualidades humanas sometiendo a su hijo a la acción del fuego, lastimándole el hueso del talón de unas de sus piernas. Quirón desenterró al gigante Dámiso, y sustituyó el hueso de Aquiles por el del gigante, haciendo de Aquiles un corredor extraordinario.
Fuente: Wikipedia