domingo, 20 de enero de 2019

PATROCLO

G. Hamilton (1760-63) "Aquiles lamenta la muerte de Patroclo"
     En la mitología griega, Patroclo es uno de los héroes griegos de la guerra de Troya, descrita principalmente en la Ilíada. Su padre fue Menecio. Hay distintas tradiciones sobre la identidad de su madre: Estenele, hija de Acasto; Periopis, hija de Feres o Polipea, hija de Peleo.

     Al ser su padre uno de los reyes de la Locride, Patroclo estaba destinado a heredar el trono, pero, siendo niño, mató por accidente a su amigo Clisónimo en medio de una discusión por una partida de dados. Para evitar la venganza de la familia, Menecio envió a su hijo al exilio en Ftía, donde fue acogido por el rey Peleo. Éste crió a Patroclo como si fuera su propio hijo, haciendo que compartiera educación con su hijo Aquiles. Entre Aquiles y Patroclo se entabló desde la infancia una profunda y fiel amistad.

     Cuando Peleo envió a su hijo a formarse con el centauro Quirón, Patroclo le acompañó, así aprendió a combatir, las artes de la oratoria y la curación, enseñanzas que le convirtieron en un guerrero excepcional.

     Su amistad se ve interrumpida cuando Tetis se lleva a su hijo a la corte de Sciros para evitar que éste acuda a la guerra de Troya. Patroclo es reclutado por los caudillos griegos para ir a la guerra. Después de que Odiseo descubra a Aquiles en su escondite, ambos amigos volverán a reunirse para comandar las tropas de los mirmidones, los guerreros de Ftía.

     Durante la guerra, Patroclo, como segundo al mando de los mirmidones, se ganó la admiración de todos los guerreros griegos, así como el respeto de los rivales troyanos. A diferencia de Aquiles, a quien el orgullo cegaba en muchas ocasiones, Patroclo se mostraba siempre cercano y dispuesto a sacrificarse por el resto de combatientes aqueos.

     Una vez, cuando Aquiles, fue ofendido por Agamenón, decidió retirarse del combate junto con sus hombres. En un primer momento, Patroclo cumplió las órdenes de su amigo y se retiró con él. Sin embargo, cuando la primera comitiva de reyes griegos se presentó ante ellos para suplicar el regreso de Aquiles y los mirmidones al campo de batalla, Patroclo se mostró comprensivo con ellos, mientras su amigo permanecía inflexible en su cólera.

     Cuando las tropas aqueas comenzaron a ser diezmadas, Patroclo suplicó a Aquiles que volviera, no aceptó, pero consintió en que Patroclo hiciera uso de sus armas y comandara a los mirmidones en el campo de batalla. De este modo, Patroclo se enfundó la armadura y tomó las armas de Aquiles para partir al combate.

     Patroclo logra acabar con la vida de numerosos troyanos, incluido el rey Sarpedón, aliado de Troya. Héctor, sin embargo, se dio cuenta de que el guerrero que había ante él no era Aquiles, y con la ayuda del dios Apolo, que derriba a Patroclo, Héctor lo hiere de muerte. Para humillar a los griegos y a Aquiles, Héctor decide despojar el cuerpo de Patroclo de su armadura y profanar el cadáver. Pero aparecen Áyax y Menelao, que logran que Héctor se retire. Ambos guerreros toman el cuerpo del joven y lo llevan al campamento de los griegos.

     Cuando Aquiles descubre la muerte de su amigo, llora desesperado, abrazado al cuerpo durante días y noches. Para evitar que el cuerpo se corrompa, Tetis, madre de Aquiles, lo rocía con néctar y ambrosía, logrando así alejar la podredumbre.

     Aquiles ordena incinerar el cuerpo de su amigo, y regresa a la batalla con un único objetivo en mente: vengar la muerte de Patroclo. Tras varios días de combate en los que Aquiles logra matar a Héctor y engancha su cadáver al carro para profanar su cuerpo tal y como el príncipe troyano había intentado hacer con el de Patroclo. Tras dar siete vueltas alrededor de las murallas de Troya arrastrando tras él el cadáver de Héctor, regresa al campamento y organiza los juegos funerarios en honor de Patroclo.

Fuente: Wikipedia, https://portalmitologia.com/