miércoles, 5 de junio de 2019

SIMPLÉGADES

     En la mitología griega, las Simplégades, también conocidas como Rocas Cianeas o Rocas coincidentes, eran un par de escollos que flotaban y entrechocaban aleatoriamente. 

     Los argonautas fueron los primeros que consiguieron superar con éxito este obstáculo, aunque habrían muerto aplastados por las rocas si no hubiera sido por el consejo de Fineo: Eufemo dejó una paloma volar entre las rocas, que perdió solamente las plumas de su cola. Los argonautas entonces remaron poderosamente para conseguir pasar, perdiendo solamente parte del ornamento del barco. Después de eso, las Simplégades dejaron de moverse y permanecieron inmóviles. A menudo suelen situarse geográficamente estas rocas en el estrecho del Bósforo.

     En la Odisea, la hechicera Circe advierte a Odiseo acerca de “las rocas que vagan”, que han sido pasadas solamente con éxito por el Argo. Las rocas eran una de las dos rutas potenciales que se podían tomar para llegar a Ítaca; la ruta alternativa, que fue la tomada por Odiseo, pasaba entre Escila y Caribdis.

     También aparecen en el viaje de regreso de los argonautas en la versión de Apolonio de Rodas, que también las localiza cerca de Escila y Caribdis. Normalmente se citan las rocas erráticas al pasar por las islas Eolias.

     Los argonautas consiguieron navegar con seguridad a través de las rocas con la ayuda de Tetis y las Nereidas. Las semejanzas y las diferencias entre las rocas que vagaban y las Simplégades han sido discutidas mucho por los eruditos, así como localizaciones potenciales para ellas.

Fuente: Wikipedia