En la mitología griega, los Hecatónquiros o Hecatónqueros, conocidos también como Centimanos, eran gigantes con 100 brazos y 50 cabezas, hijos de Gea y Urano. Su padre los arrojó al Tártaro, pero fueron rescatados por Cronos,
al que ayudaron a castrar y derrocar a Urano. Después, Cronos les encerró de nuevo en el Tártaro, donde permanecieron guardados por Campe hasta que Zeus los rescató. Durante la Guerra de los Titanes, arrojaban rocas de cien en cien a los Titanes.
Al terminar la guerra, los Hecatónquiros se establecieron en palacios en el río Océano, convirtiéndose en los guardianes de las puertas del Tártaro, donde Zeus había encerrado a los Titanes.
A veces se considera a los Hecatónquiros como deidades del mar, y puede que provengan de los pentekonter, barcos con cincuenta remeros.
Los Hecatónquiros eran Briareo (‘fuerte’), Giges y Coto. Homero también se refirió a Briareo como Egeón (‘cabruno’), que era el padre, también dios del mar.
Briareo es el más famoso, en ocasiones, es considerado hijo de Ponto y Tálasa como dios marino. Su esposa fue la diosa Cimopolea, hija de Poseidón y Anfitrite, que lo hizo padre de Oiolica y Etna (en otras versiones hija de Gea).
La Ilíada
cuenta
que en algún momento los dioses estaban intentando derrocar a Zeus, y
éste llegó a ser encadenado por Hera, Atenea y Poseidón, pero fracasaron cuando Tetis invocó a Briareo y a los demás Hecatónquiros, y éstos acudieron en ayuda de Zeus.
Fuente: Wikipedia, http://es.mitologia.wikia.com/