Edward Calvert: Cirene y el ganado (1830 - 1850). |
En la mitología griega, Cirene era una ninfa, hija de Hipseo, rey de los lápitas, que eran personas pertenecientes a una región situada en Tesalia, denominada Perrebia, junto a los montes Olimpo y Osa y a ambos lados del río Peneo.
Cirene se dedicó a llevar una vida salvaje, vigilando los rebaños de su padre en los bosques del Pindo.
En una ocasión en la que tuvo que lidiar contra un león, Cirene luchó contra él y lo dominó. Esta hazaña llamó tanto la atención del dios Apolo que éste se enamoró de ella, la raptó mientras apacentaba sus ovejas y se la llevó hasta el norte de Libia, donde fundó la ciudad de Cirene en su honor, situada donde hoy se encuentra Shahhat (Libia).
Cirene, junto con Apolo, tuvieron un hijo, Aristeo. Según algunos mitos, su padre lo dejó al cuidado de las Horas y de Gea. Por eso, se atribuye a Aristeo el haber enseñado a los hombres cómo destilar el vino y cómo obtener la leche y la miel. Según otros, Aristeo fue raptado en su temprana infancia por el centauro Quirón, quien lo dejó en manos de las Musas para que aprendiera medicina y adivinación. Pero las Musas, además de instruirlo, le confiaron el cuidado de los rebaños que poseían en la llanura de Ptía. Y fue allí donde las ninfas le enseñaron a obtener vino, leche y miel, que él comunicó luego a los hombres.
Fuentes: Wikipedia, https://www.tarotymagiablanca.com/