En la mitología griega, Tánatos era la personificación de la muerte sin violencia. Su toque era suave, como el de su gemelo Hipnos, el sueño. La muerte violenta era el dominio de sus hermanas las Keres, frecuentaban el campo de batalla. Su equivalente en la mitología romana era Mors o Letus / Letum.
Cuando alguien debía morir, Tánatos usaba su espada para cortar un mechón del cabello del infortunado mortal y entregárselo a Hades.
Se le representaba como un joven alado con una antorcha encendida en la mano. Homero y Hesíodo le identifican como hijo de Nix, la noche, y gemelo de Hipnos, insinuando que ambos hermanos discutían cada noche quién se llevaría a cada hombre, o que el Sueño anulaba cada noche a los mortales en un intento de imitar a su hermano mayor. Su imagen queda eclipsada por la de Hades, el señor de los muertos.
Se le representaba como un joven alado con una antorcha encendida en la mano. Homero y Hesíodo le identifican como hijo de Nix, la noche, y gemelo de Hipnos, insinuando que ambos hermanos discutían cada noche quién se llevaría a cada hombre, o que el Sueño anulaba cada noche a los mortales en un intento de imitar a su hermano mayor. Su imagen queda eclipsada por la de Hades, el señor de los muertos.
Los dos hermanos, recibieron el encargo de Zeus de transportar el cuerpo de su hijo Sarpedón hasta Licia (antigua región del sudoeste de Asia Menor, en las actuales provincias turcas de Antalya y Muğla),
que fue muerto en la Guerra de Troya por Patroclo. Entonces Zeus pidió a Apolo
que purificara su sangre en un río, untara su cuerpo con ambrosía, le
vistieran como un inmortal y fuera llevado rápidamente a su tierra.
Tánatos actuaba cumpliendo el destino que las Moiras dictaban para cada mortal. En una ocasión Admeto le pidió a Apolo que hablara con las Moiras para que cuando él estuviera a
punto de morir, pudiera reemplazarle en su destino cualquier persona que
lo aceptara voluntariamente. Cuando esto ocurrió, y tras recibir Admeto
la negativa de sus padres, sólo su esposa Alcestis se ofreció a morir por él. Pero Admeto se arrepintió y le pidió a Heracles
que retuviera a Tánatos, intentando persuadirle de que esperase a
que a la joven le llegase su hora de forma natural. Tánatos repudiaba
estas triquiñuelas de los dioses que interferían
sus funciones, pero al final accedió. Después de esto, reclamó el respeto debido y
fue incluso capaz de llevarse al mismo Heracles cuando le llegó su
turno.
Sólo Sísifo pudo escapar de Tánatos, mediante engaños. Consiguió encadenarlo a una roca, evitando que cualquier mortal muriese, hasta que intervino Ares, el dios de la guerra y lo liberó.
Fuentes: Wikipedia
http://sobregrecia.com
http://mitosyrelatos.com