En la mitología escandinava, Sleipnir es un caballo gris de ocho patas. Pertenecía a Odín, y era hijo de Loki y Svadilfari, se lo describe como el mejor de los caballos, y a veces es montado para llegar hasta el mismo Hel (Reino de la muerte). Era capaz
de ir velozmente de un extremo al otro del horizonte. Sleipnir
simbolizaba los ocho vientos que soplan desde sus respectivos puntos cardinales, tenía runas grabadas en sus dientes.
Tras la batalla entre Aesir y Vanir, la muralla de Asgard fue
destruida. Blast llegó a Asgard y se
ofreció a repararla, a cambio de la diosa
Freya, el Sol y la Luna. Loki aceptó, siempre y cuando, la muralla estuviera lista en seis meses, pensando que no le daría tiempo.
El gigante aceptó el trato pero con la condición
de que pudiera usar su semental, Svadilfari. Se puso manos a la obra, y el resultado iba cogiendo forma más rápido de lo que los dioses esperaban y comenzaron a preocuparse, Odín amenazó en matar a
Loki si la pared era terminada dentro del plazo asignado, por lo que
éste pensó en privar al gigante de su caballo, así tomó la forma de una
yegua joven, para engañar al animal y llevarlo al bosque.
Cuando
Svadilfari volvió, ya era muy tarde para cumplir el plazo, y a causa de la furia el gigante Blast reveló
su forma verdadera, un
gigante de roca. Thor, al darse cuenta, blandió su martillo,
Mjolnir, y acabó con Blast. Meses después, Loki volvió a Asgard en
donde dio a luz a un caballo de ocho patas, el cual regaló a Odín que le
llamó Sleipnir. El caballo podía viajar por mar, tierra y aire y era
más veloz que cualquier hombre o especie.
Fuentes: Wikipedia, http://mitosyleyendascr.com/