Carro de Apolo con Aurora, de Guido Reni |
En la mitología romana, Aurora es la deidad que personifica el amanecer, equivalente a la griega Eos.
Antiguas leyendas la hacían hermana de Helios (el Sol) y Selene (la Luna), todos ellos hijos de los titanes Hiperión y Tea. Tuvo diferentes amantes, entre ellos un mortal, el príncipe troyano Titono, raptado a la fuerza pero para el que consiguió la inmortalidad. Con él tuvo dos hijos: Memnón y Ematión. Cuando Memnón murió asesinado, las lágrimas que vertió Aurora mientras volaba por el cielo dieron origen al rocío.
De su relación con el titán Astreo nacieron: Eósforo (también conocido como Lucifer o Lucero del alba), Bóreas (el viento del norte), Notos (el viento del sur), Euros (el viento del este), Céfiro (el viento del oeste) y los astros.
Ovidio introdujo alguna variación, por ejemplo, la llamaba Pallante, estableciendo una relación de parentesco con el titán Palas, quizá porque su nombre también quiere decir «brillante». También aparece en unos versos de la Eneida (epopeya escrita por Virgilio), cumpliendo su función de abrir paso a la claridad del día. Dante Alighieri la nombra en el Purgatorio de La Divina Comedia como «la concubina de Titono el antiguo».
Su equivalente romana sería Mater Matuta, por lo que Aurora se convirtió en un segundo nombre de esta diosa. El culto se realizaba en el templo que había en el Forum Boarium, donde era venerada también como guía de los navegantes. Cada 11 de junio se hacían rituales pidiendo la protección de esta diosa, conocidos como la fiesta de la Matralia.
George Dumézil propuso que la diosa Aurora, al igual que la griega Eos y la etrusca Thesan, tenían un mismo origen hindú y que habían llegado a Europa en un pasado remoto, de la misma manera que las lenguas indoeuropeas. Para demostrar su teoría estableció paralelismos entres los ritos y creencias védicos (religión basada en los cuatro textos más antiguos de la literatura india) de los dioses Usas y Usasah y los de las citadas diosas europeas.
A veces se la representa llevando en las manos las llaves del cielo, o bien viajando en un carro tirado por dos o cuatro caballos; a veces lleva un vestido dorado y a veces aparece desnuda o semidesnuda, generalmente con una imagen resplandeciente, envuelta de luz.
Fuente: Wikipedia