En la mitología griega, los Neikea eran la personificación de las disputas, las peleas y los agravios.
Se contaban entre la gran cantidad de malvados espíritus (daimon) hijos de Eris (la discordia), engendrados por ella misma, aunque Higino afirmaba que eran hijos de Éter y Gea.
Por su naturaleza, se les consideraban los opuestos a Filotes (la amistad y el cariño).
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