martes, 31 de enero de 2017

ÉTER

     En los poemas de Homero, el Éter es concebido como una región por encima del aire que a su vez está bajo el firmamento. Es la región donde habitan los dioses y es el dominio de Zeus tras el reparto del mundo. Puede contener nubes, atributo de Zeus, estas surgen del Éter según voluntad. El Sol está en el Éter. Los vientos como el Céfiro soplan desde esta región por voluntad de Zeus. En el Himno a los Dioscuros éstos son presentados como moradores del Éter, desde donde también pueden controlar los vientos.

     Como el resto de los dioses protogenos, o primigenios, es más un concepto o fenómeno de la naturaleza que un dios, por lo que careció de culto propio entre los griegos.

     Según Hesíodo, pertenece a la descendencia del Caos, fue engendrado por los hijos de este: Érebo y Nix, y es hermano de Hemera. Este poeta distingue claramente al Éter, elemento más bien abstracto que simboliza la región superior, del Cielo propiamente dicho, Urano, de carácter más personal.

     Eurípides, comenta que el Éter es consorte de Gea.

     Para Aristófanes fue también el padre, por sí mismo, de las ninfas de las nubes, las néfeles.

     La tradición órfica (corriente religiosa relacionada con Orfeo) afirmaba que el Éter era hijo de Cronos y Ananké, y hermano de Caos y Érebo, hermano también de Eros o Fanes.

     Según Higino en el prólogo de sus Fábulas lo presenta como hijo del Caos y de la Oscuridad, y junto con Hemera engendra a Gea, a Urano y a Ponto. Unido a Gea engendra a el Dolor, la Astucia, la Ira, la Pesadumbre, la Mentira, el Juramento, la Venganza, el Exceso, la Disputa, el Olvido, la Cobardía, el Miedo, la Soberbia, el Incesto, la Lucha; y a los Titanes y los Hecatónquiros.

Fuentes: Wikipedia, http://es.mitologia.wikia.com/