La Muerte de Jacinto |
En la mitología griega, según Pseudo-Apolodoro, Jacinto era hijo de Clío, musa de la Historia, y de Píero, rey de Macedonia (padre de las nueve Piérides o Emátides, hermanas de Jacinto). Sin embargo, Pseudo-Apolodoro afirma también que Jacinto y su hermano Cinortas eran hijos del rey de Esparta Amiclas (hijo de Lacedemón) y de Diomede (hija de Lápites). Pausanias apoyó esta versión, pero Ovidio, se refiere a él como el hijo de Ébalo, otro rey de Esparta. Higinio, en sus Fábulas, también lo hace hijo de Ébalo.
Jacinto era tan hermoso que despertó el interés del aeda (cantantes de epopeyas) Tamiris, el primer hombre que cortejó a otro hombre. El dios Apolo, que también amaba a Jacinto, oyó jactarse a Tamiris de que podría superar en el canto a las mismas Musas. Apolo les informó de ello, por lo que las Musas, en castigo lo privaron de la voz, la vista y la memoria para tañer la lira.
Sin embargo, Céfiro, dios del viento del oeste o, en otra tradición, Bóreas, el dios del viento del norte, también estaba enamorado de Jacinto, y un día en que Apolo enseñaba al muchacho a lanzar el disco, el viento, cegado por los celos, se apoderó del disco y lo lanzó contra el cráneo del príncipe, pero antes de que éste muriera, Apolo impidió que Hades reclamara el alma de su amado, y de la sangre derramada hizo brotar una flor, el jacinto. Según la versión de Ovidio, las lágrimas de Apolo cayeron sobre los pétalos de la flor, dejando una huella que se interpretó como las primitivas letras griegas AI («¡Ay!», como símbolo del lamento del dios Apolo). En otras versiones Céfiro tiene una forma física y en castigo Apolo le convierte en viento para que no dañe a nadie más.
Según Pausanias, Jacinto y su hermana Poliboea fueron llevados al cielo por Afrodita, Atenea y Artemisa.
El culto a Jacinto se ejerció en la ciudad Amiclas, donde se encontraba su tumba, a los pies de una antigua estatua del dios Apolo que se remontaba al período micénico. También fue adorado en la ciudad de Tarento, que en la antigüedad fue una colonia griega en la península itálica.
Jacinto era, además, la divinidad tutelar de uno de los principales festivales espartanos, las Jacintias, que se celebraba cada verano en su honor. El festival solía durar tres días, un día para llorar la muerte del héroe divino y los otros dos para celebrar su renacimiento. Ateneo de Náucratis cuenta que durante las Jacintias los niños tocaban la cítara y cantaban himnos en honor a Jacinto.
Existe otro Jacinto el lacedemonio, padre de las Jacíntidas: Egleide, Anteide, Litea y Ortea.
Fuente: Wikipedia