miércoles, 5 de julio de 2017

PAN

Pan y Psique, de Edward Burne-Jones (1872-1874)
     En la mitología griega Pan era el semidiós de los pastores y rebaños. Venerado en Arcadia. En la mitología romana se identifica a este dios como un Fauno.

     Era también el dios de la fertilidad y de la sexualidad masculina. Dotado de una gran potencia y apetito sexual, se dedicaba a perseguir por los bosques, en busca de sus favores, a ninfas y muchachas. Tiene cierta similitud con Dioniso.

     Dios de las brisas del amanecer y del atardecer. Vivía en compañía de las ninfas. Se le atribuían dones proféticos y formaba parte del cortejo de Dioniso. Era cazador, curandero y músico. Habitaba en los bosques y en las selvas, correteando tras las ovejas y espantando a los hombres que penetraban en sus terrenos.

     Portaba en la mano el bastón de pastor y tocaba la siringa, a la que también se conoce como Flauta de Pan. Le agradaban las fuentes y la sombra de los bosques, entre cuya maleza solía esconderse para espiar a las ninfas.

      Era irascible si se le molestaba durante sus siestas. Los habitantes de Arcadia tenían la creencia de que, cuando una persona dormía la siesta, no se la debía despertar bajo ningún motivo ya que, de esa forma, se interrumpía el sueño del dios Pan. 

     Las historias de su orígenes son numerosas; en la mayoría de ellas su padre fue Hermes, en tanto que el nombre de la madre varía pudiendo ser Dríope, Timbris, Sose, Calisto u Orneo.

Jean-François de Troy
   Según una de las historias, cuando Hermes pastoreaba los rebaños de Dríope, tuvo una relación amorosa con una de las hijas de éste, de la que nació el dios Pan. Según esta versión, cuando nació, presentaba sus miembros inferiores en forma de macho cabrío y el resto del cuerpo con apariencia de hombre. En la cabeza tenía dos cuernos y su cara era arrugada, con una barbilla prominente, con todo el cuerpo cubierto por una espesa capa de pelo. Se dice que, apenas nacido, escapó a las montañas, donde Hermes tuvo que buscarlo para llevarlo al Olimpo envuelto en una piel de liebre. Una vez allí, lo llamaron Pan, puesto que era la diversión de todos.

     Otra cuenta que Penélope, durante la ausencia de su esposo Odiseo, tuvo varios amantes, quedando encinta de uno de ellos. Tras el regreso de sus viajes, Odiseo repudió a Penélope por sus infidelidades y que, una vez abandonada, concibió al dios Pan, fruto de su unión con Hermes.

     Otras tradiciones apuntan a que fue hijo de Zeus y de Hibris, de Zeus y Calisto o de Hermes y una ninfa.

     En las Dionisíacas de Nono se dice que Pan engendró a los doce Panes, una raza de sátiros menores que colaboraron con Dioniso. En otras fuentes aparece como padre de Croto (con Eufeme), Acis (con Simetis), Eurimedonte (sin especificar la mujer), Creneo (con la ninfa Isménide o Ismenis), Iinge (con la ninfa Eco) y finalmente el también célebre Sileno (habido con la Oceánide Melia).

     Tuvo relaciones con la ninfa Pitis, que también era pretendida por Bóreas. Este último, arrastrado por los celos, arrojó a Pitis desde lo alto de una roca. Sintiendo pena, la diosa Gea la transformó en pino, siendo Pan, desde entonces, coronado con las hojas del pino. También existe la creencia de que el pino gime cuando sopla Bóreas.

     Asimismo, Pan estaba enamorado de la ninfa Siringa, quien no le correspondía. Una vez, mientras huía de Pan, se lanzó al río Ladón. Quedó acorralada y pidió ayuda a sus hermanas las ninfas quienes, conmovidas, la convirtieron en un cañaveral. Se cuenta que, cuando Pan llegó, sólo pudo abrazar las cañas que se mecían por el viento y el rumor que producían le causó tal agrado que decidió construir un nuevo instrumento musical con ellas. Así, creó la flauta siringa, en recuerdo de la ninfa de igual nombre.

     Del mismo modo, sedujo a Selene regalándole un vellón de gran blancura. Desde entonces, ambos fueron venerados en una caverna del monte Liceo.

Fuente: Wikipedia