Es una de las diosas mayores en la mitología nórdica y germánica. En las Eddas (colecciones de historias relacionadas con la mitología nórdica), es descrita como la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. La gente la invocaba para obtener felicidad en el amor, asistir en los partos y para tener buenas estaciones.
Freyja también era asociada con la guerra, la muerte, la magia, la profecía y la riqueza. Las Eddas mencionan que recibía a la mitad de los muertos en combate en su palacio llamado Fólkvangr, mientras que Odín recibía la otra mitad en el Valhalla. El origen del seidr (tipo de hechizos o brujerías que fue practicado por los nórdicos paganos) y su enseñanza a los Aesir (principales dioses del panteón nórdico) se le atribuía a ella.
Freyja es la diosa más venerada junto con Frigg, y su culto parece ser el más prevalente e importante de los dos. En la saga Droplaugarsona se describe que en el templo de Ölvusvatn, Islandia, las estatuas de Frigg y Freyja se ubicaban en las posiciones más importantes, frente a las de Thor y Freyr. Estas estatuas estaban arregladas con elaborados paños y ornamentadas con oro y plata.
En Heimskringla se presenta a Freyja desde un punto de vista evemerista (dioses paganos no son más que personajes históricos de un pasado mal recordado, magnificados por una tradición fantasiosa y legendaria), como una mitológica princesa de Suecia. Su padre Njord es visto como un mítico rey de Suecia y también se menciona a su hermano Frey. La madre de Freyr y Freyja es la hermana de Njörðr, Nerthus.
Freya, al haber nacido en
Vanaheim, también era conocida como
Vanedis, la diosa de los Vanir, o
como Vanebride. Cuando llegó a Asgard, los dioses
quedaron tan prendados de ella que le
concedieron el reino de Folkvang y el gran
palacio de Sessrymnir, al cual iban la mitad de los guerreros caídos en combate, las doncellas que se suicidaban tras la muerte de sus seres amados, y los amantes separados por la muerte.