Sacrificio de Ifigenia, de Jan Steen |
En la mitología griega, Ifigenia era hija del rey Agamenón y la reina Clitemnestra (a veces se la considera hija de Teseo y Helena criada por Agamenón y Clitemnestra), fue pedida en sacrificio a Agamenón para continuar su navegación a Troya.
Artemisa castigó a Agamenón tras haber matado éste a un ciervo en una arboleda sagrada y alardear de ser mejor cazador. En su viaje a Troya para participar en la Guerra de Troya, los barcos de Agamenón quedaron de repente inmóviles al detener Artemisa el viento en Áulide. Un adivino llamado Calcas reveló un oráculo según el cual la única forma de apaciguar a Artemisa era sacrificar a Ifigenia. En las fuentes literarias que relatan este mito, únicamente Esquilo y Lucrecio indican que Ifigenia fue efectivamente sacrificada, pero la mayoría afirma que Artemisa la sustituyó en el último momento por una corza o por una cierva y la transportó a Táurica, en Crimea, donde la convirtió en su sacerdotisa; allí tenía Ifigenia la misión de sacrificar a los extranjeros como ofrendas a la diosa.
Hesíodo la llamaba Ifimedia en su Catálogo de mujeres y decía que se convirtió en la diosa Hécate. Antonino Liberal decía que Ifigenia fue transportada a la isla Leuce, donde se casó con Aquiles bajo el nombre de Orsiloquia.
Según Eurípides, Ifigenia aparece en la historia de su hermano, Orestes. Para escapar de la persecución de las Erinias por haber matado a su madre Clitemnestra y a su amante, Apolo ordenó a Orestes que fuese a Táurica, tomase la estatua de Artemisa que había caído desde el cielo y la llevase a Atenas. Orestes marchó a Táurica con su íntimo amigo Pílades, el hijo de Estrofio, y ambos fueron encarcelados por los habitantes de la región, los tauros, que tenían la costumbre de sacrificar todos los extranjeros a Artemisa. La sacerdotisa de Artemisa encargada de realizar el sacrificio era su hermana Ifigenia, quien se ofreció a liberar a Orestes (sin saber que era su hermano) si éste llevaba consigo una carta hasta Grecia. Orestes rehusó hacerlo, pero ofreció a Pílades llevar la carta mientras él se quedaba para ser sacrificado. Tras un conflicto de mutuo afecto, Pílades terminó por acceder, pero la carta hizo que Orestes e Ifigenia se reconocieran y los tres escaparon juntos llevando con ellos la imagen de Artemisa. Tras su retorno a Grecia, Orestes tomó posesión de Micenas, el reino de su padre, matando al hijo de Egisto, Aletes, y anexionando Argos y Laconia a Micenas. Ifigenia depositó la imagen en el templo de Artemisa en Braurón, Ática, donde permaneció como sacerdotisa de Artemisa Brauronia. Según los espartanos, la imagen de Artemisa fue llevada por ellos a Laconia, donde la diosa fue adorada como Artemisa Ortia.
Existe otra Ifimedia o Ifimedea, hija del rey Tríopas de Tesalia y de Hiscila. Se casó con Aloeo y tuvo con él a los alóadas y a Pancrátide.
En otra versión, los alóadas eran hijos de Poseidón, que sedujo a Ifimedia adoptando la forma del río Enipeo, o bien que ésta, enamorada de la deidad, engendró a esos dos gigantes echándose agua del río sobre su regazo.
Cuando Ifimedia y su hija Pancrátide celebraban una orgía en honor a Dioniso en el monte Drío fueron secuestradas con el resto de las bacantes por unos piratas o por las tropas tracias de Butes, que las llevaron hasta Naxos. Allí Ifimedia fue tomada por un favorito del rey, mientras que su hija lo era por el rey mismo. Pero pronto fueron rescatadas por los alóadas, que por orden de su padre Aloeo, derrotaron a los tracios con facilidad, destruyeron la ciudad y liberaron a su hermana y a su madre.
Ifimedia era adorada como heroína en Milasa (Caria), y tenía como sepultura, junto a sus hijos, un monumento en Antedón.
Fuente: Wikipedia