En la mitología babilónica, Marduk, era el nombre de un dios de una generación tardía de la antigua Mesopotamia y patron de Babilonia quien, cuando esta se convirtió en el centro político del valle del Éufrates en época de Hammurabi (siglo XVIII a.C.), comenzó a ganar popularidad hasta alcanzar la cúspide del panteón babilónico, aunque declara que, Marduk, es el "sirviente diario del templo".
Aunque el origen de Marduk es desconocido, fue asociado con el agua, la vegetación, el juicio y la magia. Su esposa era la diosa Sarpanit. También fue considerado hijo de Ea (Enki sumerio) y Damkina y heredero de Anu, pero cualquier rasgo especial de Marduk pudo haber sido eclipsado por el desarrollo político que sufrió el valle del Éufrates que llevó a la gente de la época a imbuirle con rasgos pertenecientes a otros dioses quienes, en periodos anteriores, fueron reconocidos como líderes del panteón. En particular hay dos dioses, Ea y Enlil, cuyos poderes y atributos se transmitieron a Marduk. Algunas fuentes lo hacen hijo de Ninhursag, dios sumerio, y padre de Nabu, dios tutelar de la escritura.
En el caso de Ea, la transferencia ocurrió pacíficamente y sin eliminar al dios antiguo. Marduk tomó la identidad de Asarluhi, el hijo de Ea y dios de la magia, para que Marduk pudiera integrarse en el panteón de Eridú donde Ea y Asarluhi se habían originado. Su padre Ea reconoció voluntariamente la superioridad de su hijo y le pasó el control de la humanidad. Esta asociación de Marduk con Ea, puede indicar la dependencia inicial de Babilonia con Eridú, no necesariamente desde el punto de vista político sino, desde el punto de vista de la expansión de la cultura en el valle del Éufrates desde el sur al norte, el reconocimiento de Eridú como antiguo centro de parte del más nuevo.
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