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domingo, 7 de abril de 2019

MOLOCH / MOLOCH BAAL

     Moloch o Moloch Baal fue un dios de origen canaanita (antigua de una región de Asia Occidental, situada entre el mar Mediterráneo y el río Jordán y que abarcaba parte de la franja sirio-fenicia), el cual se ha asumido erróneamente que fue adorado por los fenicios, cartagineses y sirios. Era considerado el símbolo del fuego purificante. Griegos y romanos lo identificaban con Cronos y Saturno.

     Moloch es representado como una figura humana con cabeza de carnero o becerro, sentado en un trono y con una corona u otro distintivo de realeza, como un báculo.

     Según la historiografía clásica y de siglo XIX, los sacrificios preferidos por Moloch eran los niños. Historiadores de la Antigüedad como Plutarco, Diodoro Sículo, Simónides de Cea, Teodoro o Clitarco de Alejandría relatan de manera casi propagandística grotescas imágenes para denigrar a sus enemigos acusándolos de tales abominaciones, debido a que Cartago era la principal potencia que rivalizaba con Roma. Al igual, los fenicios eran los principales rivales comerciales de los griegos. Esto se acentuará en el siglo XIX de nuestro tiempo con un creciente antisemitismo que aprovechará la que por entonces se tenía historiografía clásica para un aprovechamiento contra las poblaciones semitas.

     En los templos en los que se rendía culto a Moloch, se encontraba una enorme estatua de bronce del dios. Dicha estatua estaba hueca y la figura de Moloch tenía la boca abierta y los brazos extendidos, con las manos juntas y las palmas hacia arriba, dispuesto a recibir el holocausto. Dentro de la estatua, se encendía un fuego que se alimentaba continuamente durante el holocausto. En ocasiones, los brazos estaban articulados, de manera que los niños que servían de sacrificio se depositaban en las manos de la estatua, que por medio de unas cadenas se levantaban hasta la boca, introduciendo a la víctima dentro del vientre incandescente del dios, análogo a la historia grecorromana de Cronos/Saturno cuando se tragaba a sus hijos.

     Plutarco relata (De Superstitiones, 171) que se inundaba la zona con un fuerte ruido de flautas y tambores, de modo que los gritos y lamentos no alcanzaban los oídos de la multitud.

     Teodoro también relata que los familiares tenían prohibido llorar, y que cuando Agatocles derrotó a Cartago, los nobles cartagineses creyeron que habían disgustado a Moloch, así que sustituyeron a los niños recién nacidos por sus propios hijos para el sacrificio. Intentaron compensar al dios realizando el holocausto con 200 niños de las mejores familias. La gigantesca estatua de bronce estaba al rojo, y las tropas que sitiaban la ciudad asistían al espectáculo desde las murallas exteriores que ya habían conquistado.

     Clitarco en un comentario sobre la República de Platón, dice que al ver venir al Sumo Sacerdote de Moloch vestido de túnica púrpura, color de pureza, le preguntó cuál es el origen del culto. Le contestó que en los tiempos primordiales hubo una gran catástrofe y hoy en día, si no fuera por los sacrificios para fertilizar la tierra, serían piedras lo que se encontrase en ella. Entonces, en medio de una plataforma había una estatua de Cronos, con las manos extendidas sobre un brasero de bronce, las llamas que engullen a los niños. Cuando las llamas alcanzan el cuerpo, sus miembros se contraen y la boca abierta casi parece reír, hasta que el cuerpo contraído se desliza resbalando al fondo del brasero.

     Tradicionalmente se ha dicho que el culto a Moloch se extendió junto con la influencia de los Fenicios en el Mediterráneo, llegando incluso a las costas de los Etruscos y la península Itálica. Cartago lo tenía como dios supremo y protector de la ciudad. Sin embargo, todo esto no es demostrable ya que las divinidades máximas de Cartago eran Tanit y Baal Hammon. Incluso puede que sea la figura del «becerro de oro» de la que se habla en la Biblia cuando Moisés baja con las Tablas de La Ley, lo que haría hincapié en la idea de que es una deidad propia del pueblo hebreo, no extranjera.

     Diversos textos latinos, dicen que estas ofrendas de niños son inciertas y se creen que dicho sacrificio no existe en realidad, sino que son necrópolis de niños menores de 2 años.

     La religión Hebrea entró en conflicto con el culto de los moloquitas, si bien fue la expansión del Imperio Romano la que propició la caída del culto a Moloch. Como muchas otras deidades que aparecen en la Biblia, Moloch encontró un lugar en la demonología medieval europea. En ella aparecía como un demonio que encontraba placer en provocar el llanto de las madres a las que robaba sus hijos. Según las tradiciones demonológicas, su fuerza era especialmente poderosa en el mes de diciembre.

Fuente: Wikipedia

domingo, 31 de marzo de 2019

LUCIFER

Caída de Lucifer, de Gustave Doré
     En la mitología romana, Lucifer es el equivalente al dios griego Fósforo, Heósforo o Eósforo, hermano de Héspero (lucero del atardecer).

     En el cristianismo, Lucifer era un ángel muy hermoso que por soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como Él, y fue denigrado como castigo, junto con el ejército de ángeles rebeldes que arrastró consigo, siendo desde ese momento reconocido como un Ángel caído. Desde su rebelión es denominado Satanás (adversario, en hebreo).

     La diferencia de ambos conceptos radica en que Lucifer es el nombre del "Príncipe de los demonios" como ángel antes de su caída; y el nombre de "Satán" o Satanás, el que adopta después.

     El judaísmo consideraba a Lucifer y a Satanás como dos entidades separadas. Igualmente el gnosticismo considera a Satanás y a Lucifer dos personajes diferentes, siendo el primero un terrible demonio sin determinar y el segundo el divino tentador, el entrenador psicológico, aquel que pone a prueba al adepto para lograr la iniciación. Esta definición y otras similares según varios historiadores y teólogos católicos, sirven para ocultar la verdadera identidad y propósito de Lucifer. Aunque afirmen que Satanás no es Lucifer, no dan ninguna definición clara del primero y las acciones de Lucifer que defienden siguen siendo las mismas que se narran en la Biblia, es decir, la rebelión contra Dios por soberbia y codicia, confirmando que esta teoría gnóstica es solo una forma de ocultar la verdadera identidad de Lucifer. Todas las creencias que se basan en el gnosticismo, como la nueva era, el esoterismo o la teosofía, se caracterizan por seguir el ejemplo de la rebelión de Lucifer y su caída en la soberbia, debido a que mediante la iniciación por grados o gnosis hacen creer al adepto que puede convertirse en un ser superior, alcanzando un estado casi divino, sin necesidad alguna de Dios.

     Lucifer forma parte también del panteón de deidades vuduistas, hecho éste que hace ostensible, una vez más, el carácter sincrético de este culto.

domingo, 13 de mayo de 2018

DRAGONES

     El dragón es un ser mitológico que aparece de diversas formas en varias culturas de todo el mundo, con diferentes simbolismos asociados.

     Hay dos tradiciones principales sobre dragones: los dragones europeos, derivados de las tradiciones populares europeas y de la mitología de Grecia y Oriente Próximo, y los dragones orientales, de origen chino, pero conocidos también en Japón, Corea y otros países asiáticos. Las dos tradiciones surgieron probablemente de forma independiente, pero en su desarrollo se han influido mutuamente.

     También es posible que la deidad mesoamericana Quetzalcóatl (serpiente emplumada) haga referencia a un dragón de tipo oriental, según se aprecia en representaciones.

     La imagen y la figura del dragón varían en las diversas culturas. La cultura occidental los describe como reptiles gigantes y alados, inspirados en las serpientes y en otros reptiles, con alas, cuernos y aliento de fuego. Los dragones orientales tienen también por lo general apariencia serpentina, pero casi nunca tienen alas.

     Desempeñan un papel como dios o guardián, o como monstruo y poderoso enemigo. Se le atribuyen cualidades positivas, como una gran sabiduría y conocimiento, pero también defectos, como una avaricia y codicia que le conducen a devastar poblaciones para apilar gigantescos tesoros.

     En Occidente el simbolismo del dragón es el de la lucha. La lucha entre el dragón y un héroe o un dios tiene, sin embargo, distintos significados. En estos míticos combates el dragón asume dos papeles, el de devorador y el de guardián, que tienen finalmente una sola raíz: el de un ser cósmico en espera, cuya acción implica la muerte o el nacimiento de un orden universal.

     En un principio, los dragones fueron devoradores de dioses, o sus enemigos; posteriormente fueron fuerzas a las que se les ofrecían doncellas en sacrificio y no tardaron en concebirse como comedores de hombres. De todos modos, ese papel no se aleja del de guardián. Justamente porque son guardianes de algo sagrado, es por lo que simbolizan el puente a otro mundo o la prueba de todo héroe.

     Los dragones chinos (o long), los japoneses (o ryū) y los coreanos son vistos generalmente como seres benévolos, mientras que los europeos son en su mayoría malévolos.

    La interpretación de dragones malévolos, se mantiene también en la mitología persa. El tema es complejo y ha variado a lo largo de la historia. Como ejemplo, entre los romanos, típicos representantes del Occidente antiguo, el dragón era considerado un símbolo de poder y sabiduría. Para la cultura cristiana el dragón simboliza el mal y la destrucción, convirtiéndose en un animal al que hay que eliminar. 

     En los pueblos del valle del Indo se identifica al dragón con Agni, personificación del cielo, que vigila con sus innumerables ojos, al tiempo que protege a quien le pide ayuda, es decir, con el origen y principio del cielo y la tierra.

     En Oriente Próximo, la figura del dragón, simbolizaba el mal y la ruina. En Enuma Elish, una epopeya escrita alrededor del 2000 a. C., la diosa Tiamat era un dragón que simbolizaba los océanos y comandaba las hordas del mal, cuya destrucción previa era necesaria para crear un nuevo universo ordenado.

     También en la Biblia hebrea el dragón representa el mal. En la mitología persa destaca el caso de Azi Dahaka, un dragón malévolo. En Rumanía, se habla del dragón geta-dacio, que tenía cabeza de lobo y cola de serpiente. 

     En muchas culturas orientales los dragones eran, y en algunos cultos son todavía, reverenciados como representantes de las fuerzas primitivas de la naturaleza y el universo.

     A diferencia de los occidentales, los dragones orientales no escupen fuego ni tienen alas, aunque normalmente pueden volar gracias a la magia. Tiene cuernos de ciervo, cabeza de caballo, cuello de serpiente, garras de águilas, orejas de toro y bigotes largos como los de los siluros. En las leyendas chinas hay dragones que vigilan los cielos, dragones que traen la lluvia, y dragones que controlan los ríos y arroyos. En Japón, donde se los tiene por seres sabios, amables y siempre dispuestos a ayudar, los dragones han sido, el emblema oficial de la familia imperial.

     En el Himalaya representan la buena suerte.

     La mitología germana incluye al dragón (Nidhug o Níðhöggr) entre las fuerzas del inframundo. Se alimenta de las raíces de Yggdrasil, el fresno sagrado que extiende sus raíces a través de todos los mundos. Los antiguos escandinavos, adornaban las proas de sus barcos esculpiéndolas en forma de dragón. Usaban esta decoración en la creencia de que así asustarían a los espíritus (Landvaettir) que vigilaban las costas a las que llegaban.

     Para los celtas, era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía ser controlada y utilizada por los magos. Entre los conquistadores celtas de Britania fue símbolo de soberanía, y durante la ocupación romana de la isla adornó los estandartes de guerra, convirtiéndose en un símbolo heráldico y luego militar.

     En la mitología griega, existen varios dragones que fueron usados por los dioses, o eran temidos por ellos mismos: el dragón Ladón, de cien cabezas que custodiaba el jardín de las Hespérides, además de Tifón, Lamia, el dragón de Delfos o Pitón, Amphisbaena (dragón de dos cabezas que nació de la sangre de Medusa cuando cayó una gota en el desierto de Libia), basilisco y la famosa Hidra de Lerna.

     Para la mitología eslava, el dragón era una de las formas que adoptaba el dios Veles, señor del Mundo Subterráneo, adversario de Perún, dios del trueno.

     En el simbolismo medieval la idea de lucha contra dragones sirvió para fortalecer la motivación de los reinos cristianos. Se presentaban como representaciones de la apostasía (es la negación, la renuncia o la abjuración de la fe, en una religión), la herejía y la traición, pero también de cólera y envidia, y presagiaban grandes calamidades. Varias veces significaban la decadencia y la opresión, aunque sirvieron también como símbolos para la independencia, el liderazgo y la fuerza. Matar a uno de ellos no sólo daba acceso a sus riquezas sino también significaba que el caballero había vencido a la más astuta de las criaturas. 

     Las bestias de la mayor parte de Sudamérica estaban relacionadas con enormes serpientes que se remontaban con los orígenes de la humanidad. Pero, a diferencia del viejo mundo, estos dragones no presentan unicidad ni en sus características predominantes ni en sus actitudes, aun siendo de aspectos semejantes. De hecho, tales dragones mantenían una historia de conflictos entre sí que se remonta al primitivo pasado de las culturas americanas. La leyenda de TrenTren y Cai Cai Vilu refleja esto, al enfrentarse ambas serpientes (Mar y Tierra) por el futuro del pueblo Mapuche.

     Los Muiscas, pueblo indígena de Colombia, creían en Chiminigagua, dios creador en forma de serpiente de fuego bajo la sagrada laguna de Iguaque, que creó a los padres de la humanidad, Bachue y su joven acompañante. Ellos vivieron y tuvieron hijos, que después de un tiempo los dejarían hasta convertirse en dos serpientes acuáticas para vigilar a su pueblo, dentro de la laguna de Iguaque. Tiempo después el primer Zaque de la sabana de Bogotá, Hijo de Sue o el sol (o de Chia, la Luna o deidad maligna) era un hombre en forma de dragón de color verde.

     Los Dragones más conocidos a través de la historia son:
          -Leviatán: Bestia descrita en el libro de Isaías.​
          -Jörmundgander: La serpiente de Midgard.
     -Quetzalcóatl: La serpiente emplumada. Deidad prehispánica de diversas culturas como la Mejicana, Azteca o Teotihuacana. En la zona maya era conocido como Kukulkán.
          -Uróboros: Dragón serpiente representada con su cola en su boca, expresa un ciclo.
          -Azi Dahaka: Serpiente demoníaca en la mitología de la Persia.
       -Trentren Vilu y Caicai Vilu: Gigantescas serpientes de la leyenda del diluvio araucano en la mitología mapuche.
          -Huanglong: Dragón chino de color amarillo, que emergió del río Luo para enseñar a Fuxi los elementos de la escritura.
          -Amaru: Serpiente alada gigante con cabeza de llama, hocico rojizo y cola de pez, este mito perteneció a la cultura inca.
          -Ryuujin: Dragón de la mitología japonesa. simbolizaba el poder del océano. 
          -Yamata no Orochi: Dragón con 8 cabezas de la mitología japonesa. Es asesinado por Susanoo usando la espada legendaria Kusanagi que se encontraba en su cuarta cola.
          -Cuélebre: Dragón de las mitologías de Cantabria y Asturias.
          -Amphipteres: Serpiente alada con cabeza de dragón, inofensiva para los humanos. Es parte de la heráldica europea.
          -Ladón: Dragón de cien cabezas que cuidaba las manzanas de oro.
          -Fafnir: Cuya sangre hizo casi invulnerable a Sigfrido.
          -El dragón de Wantley: Dragón de Inglaterra que ofrece una peculiar pelea.
          -Níðhöggr: Dragón de Niflheim en la mitología nórdica.
          -El dragoncito del Monte Pilatos: Cuya sangre era mortal.
          -Herensuge: Dragón de la mitología vasca.
          -Lagarto de la Malena: Dragón de una leyenda de Jaén.
          -Dragón de Vilardell: Dragón que aterrorizaba Sant Celoni, entre Gerona y Barcelona, muerto por Soler de Vilardell.
          -Dragón del Patriarca: Leyenda que tiene lugar en Valencia sobre el S. XVI.
          -El Piasa: El dragón pájaro de Illinois.
          -El Dragón galés o Ddraig.
          -Gárgola.
          -Basilisco.
          -Tarasca.
          -Salamandra.
          -Hidra.
          -Guiverno.
          -Lindworm.

Fuente: Wikipedia

miércoles, 19 de julio de 2017

ORÁCULO

Oráculo de Delfos
     Un Oráculo es una respuesta que da una deidad por medio de sacerdotes, o Pitonisa griega y romana, o la Sibila, o incluso a través de interpretaciones de señales físicas, o de símbolos sobre piedras, como las Runas, o a través de las cartas, como el Tarot, o de sacrificios de animales. También se llama oráculo al propio lugar en que se hace la consulta y se recibe la respuesta.

     Los romanos asimilaron y heredaron los oráculos griegos, creando además los suyos propios como aquel de la Sibila de Cumas.

     Antes de cualquier gran evento, reyes y líderes consultaban a los oráculos. En la antigua griega, éstos eran elementos fundamentales y los más famosos eran:
           -Oráculo de Delfos en Grecia, en la falda del monte Parnaso. El santuario del dios Apolo. La Pitonisa, entraba en estado de éxtasis frenético. Se pensaba que era el ombligo del mundo, por eso existe allí una piedra esculpida llamada onfalion, u ombligo, marcado por el paso de dos águilas soltadas por Zeus desde los extremos del mundo.
            -Oráculo de Dídima en la costa de Asia Menor.
           -Oráculo de Dódona en Epiro, Grecia, al sur del lago Pamboris. El oráculo estaba situado en un roble sagrado que hacía también las veces de palomar.
           -Oráculo de Olimpia en la ciudad griega de Olimpia, en Elis, en el Peloponeso oriental. Era famoso el santuario de Zeus.
            -Oráculo de Delos, isla griega situada en el mar Egeo y considerada por los antiguos como el centro de todas ellas.

     En otras culturas también tenían sus propios oráculos, como por ejemplo:
          -Oráculo egipcio: Los más importantes fueron los de Heliópolis y Abidos. La gente llevaba escritas las preguntas y las depositaba en el santuario y de igual forma recibía las respuestas. Era muy importante el oráculo del dios Amón-Ra en el oasis egipcio de Siwa, en el desierto de Libia. En el año 331 a. C., Alejandro Magno fue para confirmar su ascendencia divina.
          -Oráculo hebreo: También llamado Goral en la Tora. Existieron varios, uno de ellos fue el Urim y los Thummin a través del sumo sacerdote, Kohen HaGadol. Otro fue el Oráculo del Pectoral de 12 Piedras Preciosas, que según la tradición Cabalística este destelleaba luces y hacia sonidos al dar su respuesta. Existe en la actualidad el Goral Ahitofel, este consta de 117 casillas que corresponden a 117 Angeles que hablan a través de este Oráculo Hebreo Kabalistico, este usa una serie de invocaciones a Dios y sus Angeles, para pedir una respuesta a lo Divino. También hay que tener en cuenta el famoso oráculo de Isaías, 7, 14. En el Antiguo Testamento se habla de oráculo para designar la parte del santuario donde Yahveh hablaba a Moisés y al Sumo Sacerdote, como en el Éxodo cap. 25 y 30 en que se dice: «la voz del Señor se dejaba oír por encima del Arca».
          -Oráculos de Fenicia: asociados con las deidades Baalzebub (o Belcebú) y Baalim.
      -Oráculos Romanos: Los tres oráculos más importantes fueron: el oráculo de Cumas, considerada como la colonia griega más antigua en Italia, el oráculo de Preneste, actualmente Palestrina, también denominado oráculo de los pobres porque a él acudían esclavos y gente humilde, y el oráculo de Ancio.
         -Oráculos yoruba (grupo etno-lingüístico del oeste africano): éstos están compuestos por tres sistemas: el primero se trabaja con cocos y es denominado biagué, el segundo es denominado diloggun y trabaja con caracoles, y el tercero y más extenso y completo es el denominado oráculo de Ifá¹, en el que trabajan los babalawos a través del orishá Orulá, con Nuez de Kola (Obi Abata), de 4 válvulas; el siguiente Oráculo utiliza 16 caracoles y se llama Eerindinlogun, y, por último, el Opele también se construye con semillas de Irvingia Gabonensis, así como material de pescado Aro (pez-gato).

¹complejo sistema religioso de origen indeterminado, pero aglutinado y sistematizado en África Occidental, a partir de las enseñanzas de Òrúnmìlà, Irúnmòle (Espíritu) de la Religión Yoruba denominado Elérì Ìpin Ibìkejì Olódùmarè (testigo de toda la opción del destino, el segundo de Olódùmarè).

Fuente: Wikipedia

miércoles, 22 de julio de 2015

LILITH

          Lilit o Lilith es una figura legendaria de origen mesopotámico. La leyenda la presenta como la  primera mujer de Adán, en una interpretación rabínica de Génesis 1, 27. Antes de explicar que Yahveh dio a Adán una esposa llamada Eva, formada a partir de su costilla (Génesis 2:4-25), el texto dice: «Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó». Si bien hoy suele interpretarse esto como un mismo hecho explicado dos veces, otra interpretación posible es que Dios creó en primer lugar una mujer a imagen suya, formada al mismo tiempo que Adán, y sólo más tarde creó de la costilla de Adán a Eva. Según la leyenda, abandonó el Edén por propia iniciativa y se instaló junto al mar Rojo, uniéndose allí con Samael, que se convirtió en su amante, y con otros demonios. Más tarde, se convirtió en un demonio que rapta a los niños en sus cunas por la noche y se une a los hombres como un súcubo, engendrando hijos (los lilim) con el semen que los varones derraman involuntariamente cuando están durmiendo. Se la representa con el aspecto de una mujer muy hermosa, con el pelo largo y rizado, generalmente rubia o pelirroja, y a veces alada.

      
Lilith
      En la mitología mesopotámica, Lilith surge de Lilitu y Ardat Lili, dos demonios femeninos, relacionados a su vez con el espíritu maligno Lilu. Los judíos exiliados en Babilonia llevaron a su tierra de origen la creencia en esta criatura maligna.

       En la mitología hebrea, se la menciona en Isaías 34:14. En la Biblia de Jerusalén el pasaje se traduce como: «Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso». En la Vulgata (es una traducción de la Biblia hebrea y griega al latín, realizada a finales del siglo IV (en el 382 d.C.) por Jerónimo de Estridón) se tradujo por Lamia, equivalencia que se conserva en algunas traducciones modernas, como la de Nácar-Colunga: «Y las bestias monteses se encontrarán con los gatos cervales, y el peludo gritará a su compañero: la lamia también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo». 

      Otras versiones, traducen el término como ‘criatura nocturna’ o ‘lechuza’. Al tratarse de un término que aparece testimoniado en una sola ocasión (hápax legómenon), no resulta posible saber con certeza si para el autor del texto era un nombre propio o común, y en este último caso, si se trataba de una criatura sobrenatural o de una rapaz nocturna.

     Para saber más sobre esta enigmática criatura te recomiendo que visites las siguientes páginas:




Fuentes: Wikipedia

lunes, 20 de julio de 2015

LAMIA

       La Lamia es una criatura femenina que la podemos encontrar en diferentes culturas, como en la Vasca, Íbera, Castellana, Búlgara y Hebrea, y siempre se la define como asusta niños y seductora terrible. A menudo se la asocia con figuras similares de la cultura griega (Empusa) o hebrea (Lilith).

       En la Mitología Grecorromana, encontramos al historiador griego Diodoro Sículo, Laima era una reina de Libia a la que Zeus amó, hija de Poseidón o Belo y Libia. Hera, celosa, la transformó en un monstruo y mató a sus hijos (o, en otras versiones, mató a sus hijos y fue la pena lo que la transformó en monstruo). Lamia fue condenada a no poder cerrar sus ojos, de modo que estuviera siempre obsesionada con la imagen de sus hijos muertos. Zeus le otorgó el don de poder extraerse los ojos para así descansar, y volver a ponérselos luego. Lamia sentía envidia de las otras madres y devoraba a sus hijos. Tenía el cuerpo de una serpiente y los pechos y la cabeza de una mujer. Sirvieron de modelo para otros seres como, los pequeños monstruos africanos, humanos de la cintura para arriba, que atraían a los viajeros con su agradable siseo y enseñando sus senos, para después matarlos y devorar sus cuerpos.

      En la Mitología Vasca, las lamias son genios mitológicos a menudo descritos con pies de pato, cola de pescado o garras de algún tipo de ave, pero es más frecuente encontrarlas como, mujeres muy hermosas, que viven cerca de los ríos y las fuentes, donde acostumbran a peinar sus largas cabelleras con codiciados peines de oro. Suelen ser amables y la única manera de enfurecerlas es robarles sus peines. Se cuenta también que han ayudado a los hombres en la construcción de dólmenes, cromlech y puentes. A veces se enamoran de los mortales, y llegan a tener hijos. Otras dicen que no son más que la diosa Mari (diosa Vasca). Hay una leyenda que una mujer le robó el peine de oro a una lamia y esta, enfurecida, trató de maldecirla, pero no lo logró, puesto que sonó la campana de la iglesia y eso la salvó, ya que al parecer, las Lamias no pueden pisar suelo sagrado, ni nada que este relacionado. En el sureste de la Península, el mito de las lamias se adapta en la Leyenda de la Encantada, mientras en el norte se encuentra en las anjanas o xanas.

      En la Mitología Castellana también se la describe como una mujeres de singular belleza que peinan sus largos cabellos, alrededor de una fuente, en algún paraje escondido para atraer a la gruta en que viven a los viadantes que se acerquen a esos parajes en una fecha determinada. La más conocida es la lamia o aparecida de Usanos (Guadalajara) en donde una mujer con la característica de ser una lamia se aparece peinando sus cabellos y mirándose en un espejo, en el día de San Juan, teniendo solamente esa fecha para tornar a su estado normal, a condición de que traspase su hechizo a otro ser mortal.

      En la Mitología Búlgara, la lamia es una misteriosa criatura con varias cabezas, que puede hacer crecer una y otra vez si se le cortan (como la Hidra de Lerna). Se alimenta de la sangre de la gente o, matando mujeres jóvenes para realzar su belleza y así poder seducir hombres. Este monstruo atormenta a menudo los pueblos y puede ser encontrado en cuevas o en el subsuelo. En algunas historias tiene alas, en otras su respiración es de fuego. La lamia no tiene sexo, pero se suele considerar del femenino.


Fuentes: Wikipedia