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miércoles, 15 de enero de 2020

GENIO


     Los seres o criaturas llamadas Genios, tienen tantos nombres diferentes como orígenes. 

     Un genio, en la mitología semita, son seres invisibles, aunque por momentos pueden adoptar diferentes formas y tienen la capacidad de influir espiritual y mentalmente en el ser humano, pero no necesariamente utilizan estos poderes.

     En la mitología mesopotámica, están asociados al ámbito divino, aunque no pueden considerarse dioses, sino guardianes de lugares donde los hombres no debían tener acceso. Se piensa que su representación tendría un valor protector mágico. En las tradiciones más antiguas, los genios eran los espíritus de pueblos desaparecidos, que actuaban de noche y se escondían al despuntar el día. Otras tradiciones dicen que son seres de fuego. En todos los casos se trata de seres con características de duendes y otros seres mitológicos elementales de la naturaleza, que pueden, según su talante, atacar o ayudar al ser humano.

     Los genios fueron seres adorados por muchos árabes durante el período preislámico,​ pero, a diferencia de los dioses, los genios no eran considerados inmortales. En la antigua Arabia, el término genio también se aplicaba a todo tipo de entidades sobrenaturales entre varias religiones y cultos; así como a los ángeles y demonios zoroastrianos, cristianos y judíos.

     Algunos eruditos del Medio Oriente sostienen que se originaron como espíritus malévolos que residían en desiertos y lugares impuros, que a menudo adoptaban la forma de animales; otros sostienen que eran deidades de naturaleza pagana que gradualmente fueron marginadas a medida que otras deidades cobraban mayor importancia. También se temía a los genios y se pensaba que eran los responsables de causar varias enfermedades, entre ellas las enfermedades mentales.

     El islam incorporó parcialmente la antigua creencia en los genios, y de este modo son hoy personajes presentes en las tradiciones de todos los pueblos del área islámica. En lugares donde el mazdeísmo hizo mella antes que el islam los genios son protagonistas de diversas prácticas mágicas alejadas de la ortodoxia sunní; para los tuareg, son tentadores del desierto y ladrones nocturnos, así como para los musulmanes de la India pueden ser molestos invasores del hogar que deben ser expulsados usando ciertas suras del Corán, en una ceremonia no muy distinta del exorcismo católico.

     El islam considera a los genios seres creados de fuego sin humo, dotados como el ser humano de libre albedrío y que pueden obedecer a Dios o bien a Iblís, el demonio, a quien a veces se describe como tal, es decir como ángel caído, y a veces es considerado genio.

    Los genios, a diferencia de los ángeles, comparten el mundo físico con los seres humanos y son tangibles, aunque sean invisibles o adopten formas diversas. Los genios y los humanos pueden casarse y procrear.

     En Marruecos, hay un culto a un personaje que no es humano sino genio. Se trata del morabito Sidi Shamharush, situado en la aldea del mismo nombre en el Atlas, y al cual acude la gente de la zona en peregrinación para ganarse la bendición divina por intercesión del santón. Vive de día bajo la forma de perro negro y por la noche adopta apariencia humana. Otro ejemplo se encuentra en la India, en donde según la tradición islámica local las ruinas del fuerte Feroz Shah Kotla en Nueva Delhi albergan decenas de genios, que cumplen los deseos de quienes les rezan y, sobre todo, de quienes les escriben sus peticiones en detalladas cartas. Cada jueves, cientos de personas inundan el lugar con pétalos de rosa, incienso, guirnaldas de flores, velas, etc.

     En sus más benignas formas, suelen ser bromistas y embaucadores. Pueden ser invisibles o cambiar a voluntad de forma, haciéndose pasar por animales o presentándose con la apariencia de una mujer hermosa para visitar a los hombres por la noche, hacerles el amor y robarles la energía, como si se tratara de súcubos. Pueden también ser dominados a través de un objeto (como la lámpara maravillosa de Aladino) y convertirse así en esclavos de quien posea dicho objeto.

     En otras culturas, como en la mitología guanche (Tenerife, Canarias, España), también existía la creencia en seres que podrían calificarse como genios, como los llamados dioses paredros o Maxios (genios domésticos y de la naturaleza), los Tibicenas (genios malignos) y también el demonio Guayota (dios o diablo del mal aborigen), al que, al igual que al Iblís árabe, se le identifica a veces con un genio. Se especula que la cultura guanche era de origen bereber, proveniente del norte de África, lo que reforzaría la hipótesis de un parentesco entre los genios africanos y este panteón isleño.

     En la mitología romana, los genios eran espíritus protectores. La creencia en estos espíritus se dio tanto en Roma como en Grecia, donde fueron llamados, démones, y parece que se creyó en ellos desde los tiempos más antiguos. Sin embargo, los romanos parecen haber recibido esta influencia acerca de los genios de parte de los etruscos.

     Los genios romanos son confundidos frecuentemente con los Manes, Lares y Penates,​ teniendo de hecho una característica común, la de proteger a los mortales, pero también parece ser ésta su diferencia principal, ya que los genios son los poderes que producen la vida, un principio de fecundidad y acompañan al hombre en ella como su segundo o propio espíritu, mientras los otros poderes no comienzan a ejercer su influencia hasta que la vida, el trabajo de los genios, ha empezado.

     Cada humano obtenía un genio en su nacimiento. Horacio describe este genio como vultu mutabilis, de donde puede inferirse que o bien concebía el genio como amistoso hacia una persona y hostil hacia otra, o bien que se manifestaba a la misma persona de formas diferentes en momentos diferentes. Esta última suposición se ve confirmada por la afirmación de Servio acerca de que en nuestro nacimiento obtenemos dos genios, uno que nos lleva al bien y otro al mal, y que en nuestra muerte por su influencia ascendemos a un estado de existencia más elevado o bien somos condenados a uno inferior.

     Cada genio estaba asignado a hogares, tribus, familias, personas o lugares individuales, como viviendas, puertas, calles o barrios. Protegían a los niños, tanto en su nacimiento como en su crianza. En cualquier caso, si los genios no realizaban adecuadamente su función, el niño estaría en peligro.

     Se han descubierto en Pompeya cientos de santuarios familiares, situados generalmente en el atrio, cocina o jardín, donde el humo de las ofrendas podía alcanzar directamente el cielo. Un lararium era otro santuario donde se situaban los penates, divinidades asociadas a las despensas. Cada lararium disponía de un panel al fresco con el mismo tema: una figura en cada extremo (Lares) asisten a una figura central (el genio de la familia), o dos figuras (genio y juno), que pueden o no, estar en un altar. En primer plano, una o dos serpientes arrastrándose hacia el genio por una pradera. Servio Honorato escribe que los genios locales, cuando se hacían visibles, aparecían con la forma de una serpiente,​ es decir, el símbolo de la renovación o la nueva vida. Todavía en Campania y Calabria se conserva la antigua creencia de que mantener una serpiente en casa es propiciatorio, pues está vinculado con el genio.

     Cada hombre de Roma tenía su propio genio, a quien adoraba como sanctus et sanctissimus deus, especialmente el día de su cumpleaños.​ El lecho nupcial era consagrado al genio, a causa de su relación con la engendración, y la propia cama era llamada lectus genialis. También se le ofrecían sacrificios en otras ocasiones alegres, y no era raro llamar a la satisfacción de las diversiones genio indulgere, genium curare o placare.

     Los genios también solían ser representados como seres alados, y en los monumentos romanos comúnmente aparecen como jóvenes vestidos con toga, con una pátera o cornucopia en las manos y la cabeza cubierta, tomando los genios locales la forma de una serpiente comiendo una fruta situada ante ella.

Fuente: Wikipedia

miércoles, 1 de enero de 2020

ANAT / ANUT

     En la mitología mesopotámica1, Anat o Anut era una diosa semita2 de la fertilidad. Tanto hermana como esposa de Baal, era representada desnuda con pechos y un área vaginal prominentes, con un tocado similar a la diosa Hathor de Egipto, con quien a veces se le ha relacionado (provienen de tierras extranjeras, poseen un carácter violento y tienen connotaciones sexuales).

     Anat, además, era una joven e impetuosa diosa de la guerra a la que se relacionó también con la Atenea griega.​ Fue descrita en Ugarit (moderna Ras Shamra) como "madre de los dioses" o "amante del cielo".

     Su culto se extendió principalmente por Fenicia, Siria, Chipre, Palestina y Egipto.

     Anat apareció por primera vez en el Antiguo Egipto durante la dinastía XVI (el período de los hicsos), junto con otras deidades semíticas del noroeste que pasaron a engrosar el panteón egipcio. Sobre todo era adorada en su aspecto de diosa de la guerra, a menudo vinculada con la diosa Astarté. En el enfrentamiento entre Horus y Set, estas dos diosas aparecen como "hijas extranjeras" de Ra. La diosa Neit sugiere al consejo de los dioses que, como premio al perdedor, se diese a las dos en matrimonio a Set, que había sido identificado con el dios semítico Hadad.

     En la mitología egipcia presenta a Set paseando por la orilla del Nilo encontrándose con Anat que estaba bañándose. Entonces, Set se convierte en carnero y la viola. Pero como Anat sólo podía engendrar a partir del fuego divino, expulsó el semen con tal fuerza que cayó sobre la cabeza de Set, dejándole herido. Ra se apiadó de Set y mandó a Isis para que le curara.

     En algún caso, aparece representada junto al dios Min, también dios de la fertilidad, reforzando la naturaleza sexual de su culto.

     Durante el período de los hicsos Anat tenía templos en su capital, Avaris, y en Beth-Shan (Palestina), además de ser adorado en Menfis. En inscripciones encontradas en Menfis de los siglos XV a. C. al XII a. C., Anat era llamada "Bin-Ptah", hija de Ptah. También se asociaba con Reshpu (cananeo: Resef) en algunos textos y a veces, se la identificaba con la diosa egipcia Neit. En algunos casos se la llamaba "Reina del Cielo".

     Fue venerada principalmente durante el Imperio Nuevo y Ramsés II hizo de Anat su guardián personal en las batallas y amplió el templo de Anat en Pi-Ramsés. Ramsés llamó a su hija (con quien luego se casaría) Bint-Anat ("Hija de Anat"). 

1-nombre colectivo dado a las mitologías de las civilizaciones mesopotámicas anteriores a la civilización persa: Sumeria, Acadia, Asiria y babilónica.
2- familia de lenguas originarias del Próximo y Medio Oriente y que actualmente se conocen como lenguas semíticas.

Fuente: Wikipedia

domingo, 3 de noviembre de 2019

MARDUK

     En la mitología babilónica, Marduk, era el nombre de un dios de una generación tardía de la antigua Mesopotamia y patron de Babilonia quien, cuando esta se convirtió en el centro político del valle del Éufrates en época de Hammurabi (siglo XVIII a.C.), comenzó a ganar popularidad hasta alcanzar la cúspide del panteón babilónico, aunque declara que, Marduk, es el "sirviente diario del templo".

     Aunque el origen de Marduk es desconocido, fue asociado con el agua, la vegetación, el juicio y la magia. Su esposa era la diosa Sarpanit. También fue considerado hijo de Ea (Enki sumerio) y Damkina y heredero de Anu, pero cualquier rasgo especial de Marduk pudo haber sido eclipsado por el desarrollo político que sufrió el valle del Éufrates que llevó a la gente de la época a imbuirle con rasgos pertenecientes a otros dioses quienes, en periodos anteriores, fueron reconocidos como líderes del panteón. En particular hay dos dioses, Ea y Enlil, cuyos poderes y atributos se transmitieron a Marduk. Algunas fuentes lo hacen hijo de Ninhursag, dios sumerio, y padre de Nabu, dios tutelar de la escritura.

     En el caso de Ea, la transferencia ocurrió pacíficamente y sin eliminar al dios antiguo. Marduk tomó la identidad de Asarluhi, el hijo de Ea y dios de la magia, para que Marduk pudiera integrarse en el panteón de Eridú donde Ea y Asarluhi se habían originado. Su padre Ea reconoció voluntariamente la superioridad de su hijo y le pasó el control de la humanidad. Esta asociación de Marduk con Ea, puede indicar la dependencia inicial de Babilonia con Eridú, no necesariamente desde el punto de vista político sino, desde el punto de vista de la expansión de la cultura en el valle del Éufrates desde el sur al norte, el reconocimiento de Eridú como antiguo centro de parte del más nuevo.

Fuente: Wikipedia, https://mitologia.fandom.com/

sábado, 5 de mayo de 2018

KI

     En la mitología Sumeria y de Mesopotamia, Ki es una diosa de la tierra.

     Según Samuel Noah Kramer esta diosa, es comúnmente conocida por su nombre más popular de la diosa madre Ninhursag y sería la misma figura, pero no está absolutamente claro. Algunas versiones aseguran que es hermana de Anu e hija de Anshar y Kishar, antiguas personificaciones del cielo y la tierra.

     Otras, que es hija de An, dios del cielo y de la diosa Nammu. Esta leyenda, relata que en un principio, la Tierra y el Cielo estaban unidos y fueron una vez una montaña que emergió del Océano primordial (término aplicado a los océanos de la primigenia Tierra en los primeros estadios de su evolución). El pico de la montaña, que tenía su base en la Tierra, tocó el Cielo. An, era el Cielo y Ki, la Tierra. Nammu, madre de Ki, era el oceáno que rodeaba a la Tierra, el caos original. Con su consorte An/Anu, Ki engendraron a los Anunnaki, siendo el más prominente de estas deidades Enlil, que al nacer, separó el Cielo de la Tierra, y así se creó el día.

     Fue protagonista de los relatos míticos de Enki y Ninmah, del Mito de Enki y Ninhursag, el relato sumerio de Ziusudra y de los poemas épicos acadios Atrahasis y Enuma Elish.

     Algunos académicos cuestionan que Ki fuese en realidad una deidad, puesto que no se ha encontrado ninguna evidencia de su culto y su nombre sólo ha aparecido en algunos textos sumerios de la creación. En la mitología mesopotámica y babilónica se convertiría en la diosa acadia y babilónica Antu, consorte del dios Anu (conversión del sumerio An).

Fuente: Wikipedia

domingo, 17 de diciembre de 2017

ISHTAR

     En la mitología mesopotámica, Ishtar era la diosa del amor y la belleza, de la vida, de la fertilidad, y patrona de otros temas menores. Su culto implicaba la prostitución sagrada; la ciudad sagrada Uruk se llamaba la "ciudad de las cortesanas sagradas", y ella misma fue la "cortesana de los dioses".

     Hija de Sin, dios de la Luna, y Nannar, la Luna. Hermana menor de Ereshkigal y hermana gemela de Shamash, en sumerio Utu, dios del Sol. Compañera de Tammuz, en sumerio Dumuzi.    

     En su juventud la diosa había amado a Tammuz, dios de la cosecha y, de acuerdo con la epopeya de Gilgamesh (narración sumeria en verso sobre las peripecias del rey Gilgamesh), este amor causó la muerte de Tammuz.

     Se asocia en otras regiones con diosas como Inanna en Sumeria, Anahit en la antigua Armenia, Astarté (Asera) en Canaán, Fenicia y en las religiones abrahámicas. Ishtar, Inanna y estas diosas representan el arquetipo de la diosa madre (diosa que sirve como deidad de fertilidad general).

     Para Joseph Campbell Ishtar/Inanna, que amamanta al dios Tammuz, es la misma diosa que Afrodita y que la egipcia Isis, que alimenta a Horus.

     Al morir Tammuz, Ishtar descendió a los infiernos para arrancarle a su hermana, la terrible Ereshkigal, el poder sobre la vida y la muerte.

     Después de darle instrucciones a su sirviente Papsukal, de ir a rescatarla si no regresaba, Ishtar descendió a la tierra de las tinieblas, Irkalla. Pero en cada una de las siete puertas de Irkalla, era despojada de una de sus prendas, y con ellas se iba despojando de su poder, hasta que llegó desnuda e indefensa ante Ereshkigal, que la mató y colgó su cuerpo en un clavo.

     Con su muerte, todo el mundo comenzó a languidecer. Pero Papsukal llegó hasta los dioses y les pidió que creasen un ser capaz de entrar en el mundo de los muertos y resucitase a Ishtar con la comida y el agua de la vida. Así es como Ishtar volvió a la vida, pero tenía que pagar el precio: durante seis meses al año, Tammuz debe vivir en el mundo de los muertos. Mientras está allí, Isthar ha de lamentar su pérdida; en primavera, vuelve a salir y todos se llenan de gozo.

     Esta leyenda es también otra versión para el origen de la llamada "Danza de los siete velos". El velo representa lo oculto, las cosas que nosotros ocultamos de los otros y de nosotros mismos. Al dejar el velo, Isthar revela sus verdades, y entonces consigue reunirse con su amor.

Fuente: Wikipedia

martes, 12 de septiembre de 2017

ANU

     Tenemos dos dioses con el nombre de Anu, uno Mesopotamico y otra celta.

          1-ANU: Uno de los Dioses de Mesopotamia, dios del cielo. Corresponde a una de las divinidades más antiguas del Panteón Sumerio donde se le reconocía con el nombre de An y es incluido en la triada sumeria, junto a Enlil, dios del aire y la atmósfera y a Enki, dios de la tierra o de los cimientos, que da punto de referencia a los grandes dioses mesopotámicos.

     En la mitología sumeria, era el señor de las constelaciones, rey de los dioses, que vivía con su esposa, la diosa Ki, en las regiones más altas del cielo.

     Se creía que tenía el poder de juzgar a los que habían cometido delitos, y que había creado las estrellas como soldados para destruir a los malvados. Su atributo era la tiara (tipo de corona) real. Su sirviente y ministro era el dios Ilabrat.

     Anu es asociado con el templo E-anna de la ciudad de Uruk, en el sur de Babilonia y era la sede original del culto a Anu. Si esto fuese correcto, entonces la diosa Inanna (o, en acadio, Ishtar) de Uruk puede, en algún momento, haber sido su consorte. 

     Fue posteriormente asimilado por el dios Assur (asirio-babilónico), y el dios Marduk (kasita-babilónico). El equivalente semítico occidental de Anu sería el dios Ël.​ Y también parece tener equivalencia con el dios Dagón de los filisteos y fenicios.

     La leyenda cuenta, que era hijo de Anshar y Kishar y él fue quien dio el "poder de los cuatro vientos" a Marduk para poder enfrentar a Tiamat, luego de ser enviado por Anshar en una misión de paz, en la que fracasó.

     Según la leyenda, estaban mezcladas el agua del mar, el agua de los ríos y la niebla, en un solo cuerpo y cada una personificada por tres dioses: la madre Tiamat, el papá Apsu y el visir Mummu. El agua del mar y el agua de los ríos engendraron a Lahmu y Lahamu, dioses que representaban el sedimento, y éstos a su vez engendraron a Anshar y Kishar, los dos horizontes, límites de Todo el Cielo y de Toda la Tierra, y éstos a su vez engendraron a An. En un principio la Tierra y el Cielo estaban unidos y una montaña emergió del Océano primitivo. El pico de la montaña, que tenía su base en la Tierra, tocó el Cielo. An, era el Cielo y Ki/Ninhursag la Tierra. Nammu, madre de Ki, era el Océano primigenio que rodeaba a la Tierra. An y Ki engendraron un hijo, Enlil, que al nacer, separó a sus padres, el Cielo y la Tierra, y así se creó el día.

     Según parece, junto a su consorte Ki (luego, para los acadios, Antu), eran los antepasados de la mayor parte de los Anunnaki (grupo de deidades sumerias y acadias), siendo Enlil el más conocido. Los textos relatan que junto a Nammu, dio vida a Enki y a Ningikuga y que junto a Uras, engendró a Nin'insinna. También aparecen como hijos suyos y de su consorte Ki: Enlil, los Igigi, los Sebitti, Gulu, Gibil, Nusku y Martu.

          2-ANU: En la mitología celta hay una diosa de nombre Anu. Se trata de la forma de doncella de la diosa Dana o Danu, siendo Danu la forma de madre y Badb la forma de anciana. Anu es diosa de la fertilidad, la abundancia y la prosperidad. Uno de sus símbolos es la Luna creciente. A veces, se la vincula o confunde con otras diosas, tales como Ainé.

Fuente: Wikipedia, https://www.mitologia.info/

lunes, 12 de junio de 2017

ASTARTÉ

     Astarté es la asimilación fenicia-cananea de una diosa mesopotámica que los sumerios conocían como Inanna, los acadios, asirios y babilonios como Ishtar y los israelitas como Astarot (no confundir con el demonio Astaroth).

     Relacionada con la fertilidad, sexualidad y la guerra. Su símbolo era el león, el caballo, la esfinge, la paloma y la estrella dentro de un círculo que representaba al planeta Venus. Las representaciones pictóricas la solían mostrar desnuda. Fue conocida como la estrella del alba deificada.

      Su adoración se expandió a Chipre, donde pudo haber sido combinada con un antigua diosa chipriota. Esta fusión pudo haber sido adoptada en el panteón griego en las épocas micénicas y la edad oscura. Los griegos en la época clásica, helenística y romana equipararon a Afrodita.

     Se la veía representadas en las monedas sidonias en la proa de una galera, inclinándose hacia delante con la mano derecha estirada, siendo por lo tanto el original de los mascarones de proa de todos los barcos de vela. En Sidón compartía un templo con Eshmún.

     Otros lugares donde se le rendía culto eran en Citera, Malta, y en Érice, Sicilia, de donde fue conocida para los romanos como Venus Erycina. También se la equipara a la diosa Juno. En Cartago, Astarté era adorada junto con la diosa Tanit.

     Donald Harden en Los Fenicios habla de una estatua de Astarté de Tútugi (Galera) cerca de Granada en España, que data del siglo VII-VI a.C. en la que Astarté está sentada en un trono flanqueada por esfinges sosteniendo un cuenco bajo sus pechos perforados.

     La diosa aramea Atargatis pudo haber sido originalmente equiparada a Astarté, pero el primer elemento del nombre Atargatis para relacionada a la forma ugarítica del nombre de Astarot: Athirat.

Fuentes: Wikipedia, http://es.mitologia.wikia.com/