La Santa Compaña es, en la mitología popular gallega, una procesión de muertos o ánimas en pena que por la noche (a partir de las doce) recorren errantes los caminos de una parroquia.
Su misión es visitar todas aquellas casas en las que en breve habrá una
defunción.
El mito tiene diferentes versiones y se les llama de diferente forma, según la zona, como
Güestia, Güéspeda, Estadea, Hoste,
Genti de Muerti, procesión de ánimas o simplemente Compaña. Pero según los escritores Xoán R. Cuba, Antonio
Reigosa y Xosé Miranda, "la denominación de Santa Compaña es errónea, a
pesar de su éxito literario. La Compaña puede ser muchas cosas, pero
santa, desde luego, no".
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Santa Compaña |
En la mayoría de las descripciones coinciden como una comitiva de almas en pena, vestidos con túnicas blancas con capucha que vagan durante la noche, formando dos hileras, y con los pies descalzos. Cada fantasma lleva una vela encendida y su
paso deja un olor a cera en el aire. Al frente de esta compañía
fantasmal se encuentra un espectro mayor llamado Estadea (esqueleto o figura de la muerte).
La procesión va encabezada por un mortal (siendo hombre o mujer, dependiendo de si el patrón de la parroquia es un santo o una santa) portando una cruz y
un caldero de agua bendita seguido por las ánimas con velas encendidas,
no siempre visibles, notándose su presencia en el olor a cera y el
viento que se levanta a su paso. Al día siguiente, esa persona no recuerda nada de lo sucedido, pero se les nota más delgados y pálidos, ya que, cada noche su luz será más intensa y cada día su
palidez irá en aumento, y no se les permiten descansar ninguna noche, condenados a vagar noche tras noche hasta
que mueran u otro incauto sea sorprendido (al cual el que encabeza la
procesión le deberá pasar la cruz que porta).
Caminan emitiendo rezos, cánticos fúnebres y tocando una pequeña campanilla. Mientras avanzan, se va produciendo el silencio, solo se oyen unas campanas. Los perros anuncian la llegada de la
Santa Compaña aullando de forma desmedida, los gatos huyen despavoridos
y realmente asustados.
Se dice que no todos los mortales tienen la facultad de ver con los ojos a "La Compaña". Elisardo Becoña Iglesias, en su obra La Santa Compaña, El Urco y Los Muertos
explica que según la tradición, tan sólo ciertos "dotados" poseen la
facultad de verla: los niños a los que el sacerdote, por error, bautiza
usando el óleo de los difuntos, poseerán, ya de adultos, la facultad de
ver la aparición. Otros, no menos creyentes en la leyenda, habrán de
conformarse con sentirla, intuirla, etc.
Para librarse de esta obligación, la persona que vea pasar la Santa
Compaña, hay que hacer lo siguiente:
-Abrir los brazos en cruz y pronunciar Jesucristo cuando te vayan a dar la cruz.
-Responder "Cruz ya tengo" cuando el vivo que lleve la cruz intente dar la cruz diciendo "te toca a ti" o "toma tú".
-Llevar los brazos cruzados.
-Llevar las dos manos ocupadas, con una piedra, un palo...
-Cuenta la leyenda que la Santa Compaña no tendrá el poder de
capturar el alma del mortal que se cruza con ella si éste se halla en
los peldaños de algún crucero de los situados en los cruces de caminos o si porta una cruz consigo y logra esgrimirla a tiempo.
-Dibujar con tiza un círculo en el suelo y meterse dentro mientras la Santa Compaña pasa.
-Trazar un círculo en el suelo y entrar en él.
-Acostarse boca abajo.
-Salir corriendo.
Los motivos por lo que esta compañía de almas errantes pueden aparecer son:
-Para reclamar el alma de alguien que morirá pronto. Cuenta la
leyenda que quien recibe la visita de la Compaña morirá en el plazo de
un año.
-Para reprochar a los vivos,faltas o errores cometidos. Si la falta
es especialmente grave, el mortal que la ha cometido podría recibir la
visita de la Compaña para que la encabece, condenado así a vagar hasta
que otro mortal le reemplace.
-Para anunciar la muerte de un conocido del que presencia la procesión.
-Para cumplir una pena impuesta por alguna autoridad del más allá.
Para saber más siempre puedes visitar las siguientes páginas:
Fuente:Wikipedia