José Benlliure. La Barca de Caronte (1919) |
Caronte era el barquero del Dios Hades, el encargado de guiar las almas de los difuntos recientes de un lado a otro del río Aqueronte si tenían un óbolo (moneda griega de plata cuyo valor es la sexta parte de una dracma) para pagar el viaje, por lo que se enterraba a la gente con una moneda debajo de la lengua.
Aquellos que no podían pagar tenían que vagar cien años por las riberas
del Aqueronte, tiempo después del cual Caronte accedía a portearlos sin
cobrar. Existe una discrepancia si lo que cruzaba Caronte era la Laguna de Estigia o el Río Aqueronte.
Caronte era el hijo de Érebo y Nix. Se le representaba como un anciano flaco y gruñón de ropajes oscuros y con antifaz (o, en ocasiones, como un demonio
alado con un martillo doble) que elegía a sus pasajeros entre la
muchedumbre que se apilaba en la orilla del Aqueronte, entre aquellos
que merecían un entierro adecuado y podían pagar el viaje (entre uno y
tres óbolos).
Cuando Heracles descendió a los Infiernos, le pidió a Caronte que lo cruzara, pero se negó, como consecuencia, Heracles luchó contra él, hasta que no tuvo otra opción que acceder. Después, Caronte fue castigado luego por haber permitido que un
viviente penetrase en el reino de los muertos; por ello estuvo un año
encadenado.
Otro mortal que logró «cruzar dos veces victorioso el Aqueronte» es Orfeo, quien encantó a Caronte y a Cerbero para traer de vuelta al mundo a su amada muerta, Eurídice, a quien perdió definitivamente en su viaje de vuelta. Psique también logró hacer el viaje de ida y vuelta estando viva, enviada por Afrodita.
Fuentes: Wikipedia, El Pensante