La leyenda se debe a un presunto asesinato ritual de un niño, cometido por judíos y judeoconversos a finales de la década de 1480 en la localidad de La Guardia (Toledo), seguramente inspirado por la leyenda antijudía llamada calumnia de la sangre. Por este supuesto crimen ritual fueron procesados por la Inquisición varios conversos, además de dos judíos, procesados por las autoridades civiles, todos ellos quemados vivos en Ávila el 16 de noviembre de 1491.
Se conservan algunos documentos del proceso, que demuestran que
hubo múltiples irregularidades y que sobran pruebas de que el crimen
nunca se cometió realmente.
La leyenda construida con estas sucesivas aportaciones afirma que ciertos conversos, tras asistir a un auto de fe en Toledo, planearon vengarse de los inquisidores mediante artes de hechicería. Para hacer su conjuro necesitaban una hostia
consagrada y el corazón de un niño inocente. Juan Franco y Alonso
Franco secuestraron al niño junto a la Puerta del Perdón de la catedral de Toledo y lo trasladaron a La Guardia. Allí, el día de Viernes Santo
simularon un juicio. El niño, al que en la leyenda se llama Juan, fue azotado, coronado de espinas y crucificado, del
mismo modo que Jesucristo. Le arrancaron el corazón, que necesitaban
para el conjuro. En el momento de la muerte del niño, su madre, que era
ciega, recobró milagrosamente la vista. Tras darle sepultura, los
asesinos robaron una hostia consagrada. Benito García iba hacia Zamora
llevando la hostia y el corazón para recabar la ayuda de otros
correligionarios para realizar su conjuro, pero fue detenido en Ávila a
causa de los resplandores que emitía la hostia consagrada, que el
converso había escondido entre las páginas de un libro de rezos. Gracias
a su confesión, se detuvo a los otros participantes en el crimen. Tras
la supuesta muerte del Santo Niño, se le atribuyen también varias
curaciones milagrosas.
La hostia consagrada se conserva en el monasterio dominico de Santo Tomás,
en Ávila. Del corazón se dijo que había desaparecido milagrosamente, al
igual que el cuerpo del niño, por lo cual se creyó que, como
Jesucristo, había resucitado.
La mayoría de los historiadores considera
que el proceso propició un clima antijudío para permitir una mejor acogida al decreto de expulsión de los judíos, que se promulgaría sólo meses después (en marzo de 1492).
Historia, El Santo Niño de La Guardia |
Fuente: Wikipedia