Las Moiras son deidades, equivalentes a las Parcas en la mitología romana, que personifican el concepto del destino. En la antigüedad se creía que cada ser humano tenía su propia Moira o destino. Estas tenían como función asignarle a cada uno su propia suerte y maldición, regulando así la vida de cualquier mortal.
Las Moiras son hijas de Ananké y eran tres hermanas:
-Cloto, hilaba la hebra de vida con una rueca y un huso. Su equivalente romana era Nona, originalmente invocada en el noveno mes de gestación.
-Átropos, era quien cortaba el hilo de la vida. Elegía la forma en que moría cada
hombre, seccionando la hebra con sus «detestables tijeras» cuando
llegaba la hora. Su equivalente romana era Morta, y es a quien va referida la expresión "la Parca" en singular.
Moiras |
Ellas 3 tenían que
asegurar que el destino de cada uno se cumpliera, incluyendo el de los
dioses. Deben asistir al nacimiento de cada persona, hilar y predecir su
destino.
En la tradición griega, se aparecían tres noches después del
alumbramiento de un niño para determinar el curso de su vida. En origen
muy bien podrían haber sido diosas de los nacimientos, adquiriendo más
tarde su papel como verdaderas señoras del destino. Por todo ello, y en
especial por el predominante papel de Átropos, las Moiras inspiraban
gran temor y reverencia, aunque podían ser adoradas como otras diosas:
las novias atenienses les ofrecían mechones de pelo y las mujeres
juraban por ellas.
La vida era determinada por hilos: Blancos o dorados para los momentos en la vida de felicidad, y de lana negra los momentos de dolor.
Fuentes: Wikipedia Mitos Cortos