En la mitología griega, los Telquines eran nueve hermanos, mitad marinos, mitad
terrestres, con cabeza de perro, la parte inferior del cuerpo en forma
de cola de pez o de serpiente y los dedos de las manos palmeados. Hijos de Ponto y de Thalassa, y fueron, junto con sus hermanos, los primeros habitantes de la isla de Rodas. A lo largo de la historia se les representa de diferentes formas:
-Como cultivadores de la tierra y ministros de los dioses. En Rodas fundaron las ciudades de Cámiros, Yáliso y Lindos, donde los telquines fueron llamados Ialysii. En Licia construyeron el templo de Apolo Licio, aunque este dios ya había sido adorado por ellos en Lindos. En Yaliso y Camiro adoraron a Hera y Atenea llevó en Teumeso (Beocia) el apellido de Telquinia. Las ninfas también se llaman por ellos Telquinias.
-Como hechiceros y envidiosos démones.
Se decía que tenían el poder de destruir con sus mismos ojos y aspecto.
Tenían el poder de provocar el granizo, la lluvia y la nieve, y de
adoptar cualquier forma que quisieran; incluso se decía de ellos que
mezclaban agua del Estigia con azufre para poder así destruir animales y plantas.
-Como artistas, pues se decía que habían sido los primeros en fabricar imágenes de los
dioses. Trabajaban el latón y el hierro, y fabricaron la hoz con la que Crono castró a Urano y el tridente de Poseidón. En este sentido se les identificaría con los cíclopes, representantes posteriores de la metalurgia.
Este último rasgo en la personalidad de los telquines parece haber sido la razón de que se les haya identificado con los dáctilos ideos o con los daimones proseoous, y Estrabón afirma incluso que aquellos de los nueve telquines rodios que acompañaron a Rea a Creta, donde criaron a Zeus, fueron llamados Curetes.
Según Ovidio, Zeus
no les perdonó el que manipularan el clima, y acabó
con ellos convirtiéndolos en rocas o inundando la isla de Rodas. Otros
afirman que Artemisa les avisó y lograron huir por mar en distintas direcciones, dejando a su sobrina Rodo
como reina de Rodas una vez que la isla reapareció sobre las aguas.
Sólo los que habitaban en Yaliso murieron en la inundación.
En su exilio, consiguieron llegar hasta Beocia, donde fundaron el templo de Atenea en Teumeso; otros a Creta, siendo los primeros pobladores de la isla. Allí la diosa Rea les confió la tarea de criar a su hijo Poseidón, lo que llevaron a cabo con la ayuda de Cafira, hija de Océano. Otra versión dice que Rea los acompañó a Creta desde Rodas, donde nueve de los telquines, conocidos como los Curetes, fueron seleccionados para criar a Zeus.
El resto se dispersó por todo el mar Egeo. Los que llegaron a Orcómeno, o sus descendientes, fueron los perros que mataron al cazador Acteón cuando fue transformado en ciervo por Artemisa en castigo por haberla observado desnuda.
Sin embargo los dioses no consintieron su intromisión en asuntos
divinos. Zeus ahogó a los telquines de Teumeso ordenando un diluvio y Apolo se convirtió en lobo y despedazó a los de Licia,
a pesar de que intentaran aplacarle construyéndole el templo de Apolo
Licio. Se cree que sólo los que llegaron a Sición lograron sobrevivir,
bautizando la ciudad con el nombre de Telchinia.
Según algunas fuentes, sus descendientes fueron las diosas Ialisa, Camira y Linda, epónimas de las ciudades rodias fundadas por ellos.
Se les considera los dioses originales de
Rodas, antes de la avalancha de la monocultura griega. En los registros
clásicos del periodo posterior a la invasión los telquines tienden a
jugar un importante papel que los vincula con los mitos relacionados con
la Atlántida,
siendo una raza de inventores, artistas y magos
relacionada con el mar en todas las etapas de su historia (de ahí el que
fueran los que criaran a Poseidón).
Fuentes: Wikipedia