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domingo, 31 de marzo de 2019

LUCIFER

Caída de Lucifer, de Gustave Doré
     En la mitología romana, Lucifer es el equivalente al dios griego Fósforo, Heósforo o Eósforo, hermano de Héspero (lucero del atardecer).

     En el cristianismo, Lucifer era un ángel muy hermoso que por soberbia se rebeló contra Dios, queriendo ser como Él, y fue denigrado como castigo, junto con el ejército de ángeles rebeldes que arrastró consigo, siendo desde ese momento reconocido como un Ángel caído. Desde su rebelión es denominado Satanás (adversario, en hebreo).

     La diferencia de ambos conceptos radica en que Lucifer es el nombre del "Príncipe de los demonios" como ángel antes de su caída; y el nombre de "Satán" o Satanás, el que adopta después.

     El judaísmo consideraba a Lucifer y a Satanás como dos entidades separadas. Igualmente el gnosticismo considera a Satanás y a Lucifer dos personajes diferentes, siendo el primero un terrible demonio sin determinar y el segundo el divino tentador, el entrenador psicológico, aquel que pone a prueba al adepto para lograr la iniciación. Esta definición y otras similares según varios historiadores y teólogos católicos, sirven para ocultar la verdadera identidad y propósito de Lucifer. Aunque afirmen que Satanás no es Lucifer, no dan ninguna definición clara del primero y las acciones de Lucifer que defienden siguen siendo las mismas que se narran en la Biblia, es decir, la rebelión contra Dios por soberbia y codicia, confirmando que esta teoría gnóstica es solo una forma de ocultar la verdadera identidad de Lucifer. Todas las creencias que se basan en el gnosticismo, como la nueva era, el esoterismo o la teosofía, se caracterizan por seguir el ejemplo de la rebelión de Lucifer y su caída en la soberbia, debido a que mediante la iniciación por grados o gnosis hacen creer al adepto que puede convertirse en un ser superior, alcanzando un estado casi divino, sin necesidad alguna de Dios.

     Lucifer forma parte también del panteón de deidades vuduistas, hecho éste que hace ostensible, una vez más, el carácter sincrético de este culto.

domingo, 26 de marzo de 2017

EÓSFORO


     Eósforo, Heósforo, Fósforo o Lucifer es el nombre de la estrella del alba, el planeta Venus, en su aparición matutina.

     Hijo de Eos y de Astreo, Perses, Atlas o Eolo, que personificaba al lucero del alba o del atardecer. Ordenaba el devenir de los astros, y uncía y desuncía los caballos de Helios al carro del Sol.

    Según Ovídeo, fue padre de Ceice/Ceix y Dedalión; y según otros, era padre de
Hésperis o Hespérides.
 
     Su nombre aparece en la traducción griega de la biblia, si bien San Jerónimo lo tradujo como Lucifer. Se le representa como un anciano de largos cabellos blancos que anuncia a su madre, la Aurora, desde la bóveda celestial.

             http://www.diclib.com/

lunes, 14 de septiembre de 2015

LA LEYENDA DE LA CRUZ DEL DIABLO

          La ciudad de Cuenca, es una de las pocas ciudades, de las que nombro en mi blog, que he tenido el placer de visitar repitadas veces, y creo que ya tocaba escribir alguna de sus leyendas, y voy a empezar por la Leyenda de la Cruz del Diablo, la cual nos sitúa en el siglo XVIII.

        Había un joven llamado Diego, hijo de un oidor (
un juez que en las audiencias del reino oía y sentenciaba las causas y pleitos) de la ciudad. Era un joven muy apuesto y habilidoso en justas y torneos, pero era demasiado conquistador, iba de mujer en mujer, y sus padres se avergonzaban de él. Aún así, era muy solicitado entre las damas de alta cuna de la ciudad. 

           Un día caluroso de verano, apareció una dama misteriosa. Diego, nada más verla, quedo prendado, y como era su costumbre, se propuso conquistarla, pero por mucho que la buscara, no lograba encontrarla, había desaparecido. Pero un día de otoño, ella volvió a la ciudad y, desde entonces, ya no se separó Diego de ella. Esto provocó un gran escándolo en la ciudad, ya que, al parecer, ella era igual de licenciosa que él, sin respetar nada ni nadie.

           El padre de Diego, una vez más escandalizado por la conducta de su hijo, intentó persuadirle para se  alejara de aquella extraña mujer. Diego no atendía a razones, y como única respuesta que le daba, era que su intención era casarse con Diana, el padre al escuchar su nombre, se asustó y temió aún más por el fin de su hijo, y pidió a Dios que lo protegiera, ya que, en aquella época, Diana era un nombre pagano.

         Pasaron los días, y en el día de Todos los Santos, la pareja, junto con unos compañeros de sus indiscretas aficiones, se burlaban del miedo que mucha gente tenía en salir de su casa o bromear a propósito de los difuntos y del más allá. Diego, envalentonado, le propuso un desafío a uno de sus amigos, que consistía en hacer una excursión, en ese mismo momento, al campo. Su amigo, que no estaba tan seguro, más que nada por la noche que era, le propuso aplazarla al amanecer del día 3. 

           Según avanzaba la noche, el tiempo iba empeorando, con fortísimos truenos, los amigos de Diana y Diego, fueron retirándose dejándolos solos, y estos se dirigieron hacía la Ermita de Nuestra Señora de las Angustias, para resguardarse. 

Ermita de Nuestra Señora de las Angustias
           Diana se sentó junto a Diego en las escaleras del atrio., y al no cesar la lluvia, Diego le propuso guarecerse en la ermita. Con su caballerosidad innata, la cogió en brazos y se dirigió hacía allí, pero de repente hubo un rayo deslumbrante, iluminando toda la zona. Diego para evitar deslumbrarse miró hacia abajo, y lo que vio, le paralizó, descubrió no una pierna de mujer, sino una horrible pata de cabra, peluda y fea, terminada en una horrible pezuña. Subió las gradas de la escalera donde se habían sentado y abrazándose a la cruz pidió auxilio a Dios. La fingida Diana desapareció en un alarido, envuelta en siniestros resplandores.

          Diego aterrorizado, descendió las escaleras y se dirigió al Convento de los Descalzos, en cuya puerta estaba la cruz. Empezó a llamar a la puerta con golpes fuertes, presa del pánico. Cuando los frailes abrieron la puerta, se echó al suelo, y se confesó delante del prior lo que le había pasado y de todos sus pecados, y no se iba a levantar hasta que no le dejaran quedarse en el convento. El prior lo aceptó, ya que vio era sincero, y vivió muchos años de vida ejemplar y penitente, y murió santamente.
         
         Prueba de esta leyenda es la cruz, que se conserva en el atrio del antiguo convento de los Descalzos, en cuyo centro se ve una mano extendida con cinco dedos, que según la tradición era la huella de la mano de Diego cuando se abrazó a la cruz pidiendo el auxilio divino, al identificar a Diana como el demonio.

Cruz en el Convento de los Descalzos
 Fuente: Padulcofrade

lunes, 7 de septiembre de 2015

ASMODEO O ASMODEUS

        Asmodeus, también conocido como Asmodai, Sydonai, Chammadai, Asmodeo, o Asmodaeus, es un demonio que aparece en el Libro de Tobit o Libro de Tobías, que no forma parte del Antiguo Testamento católico. También es mencionado en el Talmud y en los tratados de demonología. Su origen se halla en la religión mazdeísta (Zoroastrismo, religión y filosofía basada en las enseñanzas del profeta y reformador iraní Zoroastro (Zarathustra), que reconocen como divinidad a Ahura Mazda, considerado por Zoroastro como el único creador increado de todo) de los persas. Seguramente, llega al judaísmo durante la dominación persa (s. VI a.C) y más tarde, parece que hacia el siglo II, pasaría al cristianismo.

Representación de Asmodeus
           En el Libro de Tobit, Asmodeus se enamora de Sarah, hija de Raquel, y cada vez que aquella contrae matrimonio, mata al marido durante la noche de bodas. Así llega a matar a siete hombres, impidiendo que consumen el matrimonio. Más tarde, Sarah se promete a un joven llamado Tobías, hijo de Tobit. Éste recibe la ayuda del arcángel Rafael, el cual le enseña cómo librarse del demonio. De este modo, Tobías toma un pez y le arranca el corazón, los riñones y el hígado, colocándolos sobre brasas. Asmodeus no puede soportar los vapores así desprendidos, y huye a Egipto, en donde Rafael lo encadena. No se sabe más de la suerte que corre este demonio, pero se le presenta como símbolo del deseo carnal.

        En el Talmud (es una obra que recoge principalmente las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, narraciones y dichos, parábolas, historias y leyendas), Asmodeus no parece ser una criatura tan maligna como en otros libros, sino que relata historias sobre su trato con el rey Salomón. Al parecer, Salomón llegó a atrapar al demonio y lo obligó a construir el Templo de Jerusalén. En otra leyenda, Asmodeus y Salomón se cambiaron el uno por el otro durante varios años. En otra Asmodeus es presentado como el rey de todos los demonios, similar al concepto cristiano de Satán, y como amante de Lilith después de que ésta abandonara a Adán, con la que engendró miles de demonios.

         En ocasiones se atribuye a Asmodeo la paternidad del mago Merlín. En la Edad Media, cuando se quería asociar los 7 pecados capitales con sus "demonios responsables", se le indicó como el demonio de la lujuria.

       Para corromper al humano incitando a que se lo invoque, Asmodeo entrega anillos que están influenciados por los astros. Los humanos que los portan ganan la habilidad para hacerse invisibles. También da la capacidad de leer los pensamientos de otros y sabe dónde hay tesoros escondidos. Finalmente el demonio puede instruir al hombre en el arte de la geometría, aritmética, astronomía y artes mecánicas.

 Fuentes: Wikipedia, DemonologÍa

sábado, 5 de septiembre de 2015

LA CUEVA DE SALAMANCA

        En la ciudad de Salamanca, había una cueva donde, según la leyenda, el diablo daba clases a todo aquel que se le acercaba. Dicha cueva se corresponde con lo que fue la cripta de la ahora inexistente iglesia de San Cebrián. La Reina Isabel la Católica ordenó tapiar el acceso con argamasa y piedras (caementis saxisque). Tras la destrucción de la iglesia que la albergaba a finales del siglo XVI, la cueva sirvió como trastero del palacio del Mayorazgo de Albandea, y posteriormente fue utilizada como trastero de una panadería y carbonería. En el siglo XX, a inicios de los años 90, se excavó concienzudamente la zona, situada en la Cuesta de Carvajal, a la espalda de las catedrales, y los hallazgos realizados fueron expuestos al público en 1993, constituyéndose una zona arqueológica formada por la llamada torre de Villena (alusiva al marqués), la planta de la iglesia de San Cebrián y la Cueva de Salamanca.

          Según una obra anónima llamada Recueil des Histoires de Troyes, publicada en 1464, el origen de la academia se le atribuye a Hércules, pero la tradición popular no tardó en asignarle el mérito de su origen a un demonio llamado Asmodeo.

         Este demonio, durante siete años, en la oscuridad de la noche, daba clase de adivinación y otras artes tenebrosas a siete alumnos. Terminada la carrera, se echaba a sorteo y uno de ellos quedaba en manos del Demonio. Según se dice, el Marqués de Villena (personaje legendario inspirado en Don Enrique de Villena) fue uno de los estudiantes aventajados del Demonio, del que consiguió escapar con vida, aunque dejó en manos de El Malvado su sombra, quedando así marcado de por vida como uno de sus adeptos. 

        Otra versión de la leyenda adjudica el papel de discípulo burlador al sacerdote Pierre de Axular. Como catedrático de la Cueva, además del diablo, se cita a un sacristán o bachiller, Clemente Potosí, o a una cabeza parlante (que recuerda al Bafomet templario).

       El escritor portugués Francisco Botello de Moraes recrea la tradición en su obra Historia de las cuevas de Salamanca (1734), en la que sitúa en la Cueva a dos personajes mágicos: la Madre Celestina y una demonesa, Mariálvara, con cuerpo de mujer y patas de cabra.

        Hoy en día, la Cueva de Salamanca es escenario de eventos culturales, especialmente en verano, celebrándose en ella conciertos y representaciones. El acceso a estos lugares es gratuito, y la subida a la Torre del Marqués de Villena bien merece la pena ya que desde allí tendremos muy buenas vistas tanto de la Catedral Nueva de Salamanca como del Convento de San Esteban, también llamado Los Dominicos.

La Cueva de Salamanca

 Fuentes: Wikipedia, Diario del Viajero

miércoles, 2 de septiembre de 2015

EL PUENTE DEL DIABLO

Puente del Diablo, Martorell
         El Puente del Diablo, esta situado entre las localidades de Martorell y Castellbisbal, es de origen Romano, destruido por una crecida del Río LLobregat, y reconstruido como puente Gótico entre 1283 y 1295, desde entonces ha sufrido varias restauraciones debido a la Guerra Civil. Aunque hay una leyenda sobre el origen de este puente.

           La leyenda cuenta la historia de una anciana que cada día debía pasar el río para ir a buscar agua a la fuente que había en la otra orilla. Una mañana, cuando estaba junto la orilla, a punto de pasar el río, se le apareció el Diablo:

                – ¡¿Qué hace usted pasando el río de esta manera?!Con mi gran poder, haré que no tenga que cruzarlo nunca más!
                –¿Cómo? –preguntó la anciana sorprendida.
                –Dame una noche, y te construiré el puente más bonito que jamás hayas visto.
                –¿Seguro? –preguntó ella.
             –¿Acaso dudas de mi palabra? –respondió el Diablo– Y no os va a costar ni un real. Me conformo con quedarme con el alma del primero que cruce el puente.

            La anciana, cansada de tener que cruzar el río cada día aceptó el trato. El diablo estuvo toda la noche trabajando y cuando los primeros rayos de sol despuntaban tras la Torre del Telégrafo el gran puente estaba acabado.

           El Diablo, escondido tras el arco del puente, en la otra orilla, esperó a que la anciana llegara, para que pasara el puente en busca del agua y así poder quedarse con su alma. Pero las cosas no salieron como él esperaba.

          Cuando la viejecita llegó al puente, sacó el mandil del cesto que llevaba colgando del brazo. De dentro del cesto salió un gato negro como el carbón, que asustado empezó a correr puente arriba.
Y así es como el Diablo se cobró su pago, llevándose la alma del pobre animal, y desde entonces todo el mundo pudo utilizar el puente sin temor.

Fuente: Wikipedia

miércoles, 1 de julio de 2015

EL SILLÓN DEL DIABLO

         La leyenda de se remonta al año 1550, cuando se fundó la primera cátedra de anatomía humana de España en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid, dirigida por Alonso Rodríguez de Guevara, quien llevó a cabo las primeras disecciones humanas en España, gracias a un permiso real. 

       Andrés de Proaza era un portugués de 22 años que ansiaba el doctorado. Pero no era bien visto allí, ya que era judío, y según unos rumores, también era nigromante. Se decía que tenía un sótano por el que se veían unas misteriosas luces durante las noches, se oían lamentos y que las aguas del río Esgueva, que en ese entonces pasaba por allí, bajaban tintas en sangre.

       Durante esa época, desapareció un niño de nueve años. La gente decía que la ultima vez que se vio al niño, era cerca de la casa del "nigromante". Los hechos se pusieron en conocimiento de la autoridad competente, y cuando inspeccionaron en el sótano, tal como se esperaba, encontraron el cuerpo de la criatura.

       Andrés de Proaza declaró que la única forma que él tenía de poder estudiar las enfermedades y el dolor era practicando la vivisección, esto es la disección de animales vivos con el fin de hacer estudios fisiológicos o investigaciones patológicas. Un hombre que hizo suya la frase de "el fin justifica los medios" en pos del conocimiento y la ciencia.

       La relación que todo esto tiene con el sillón maldito, que terminó siendo el recuerdo tangible de todo aquel horror en Valladolid, es que una vez que Andrés de Proaza fue condenado a morir en la horca, éste confesó que jamás había practicado la hechicería, sino que un brujo de Navarra le había obsequiado un sillón, por haberlo protegido en su casa. Según él, cualquier persona que se sentase tres veces en él y que no fuese médico moriría, como así también quien intentase destruirlo, pero nadie le escuchó.
El Sillón del Diablo
        Fue ejecutado y sus bienes embargados. Tres subastas fueron hechas para repartir sus pertenencias, pero por su mala fama nadie quiso comprarlas y finalmente fueron destinadas a la Universidad que se hizo cargo del lote, entre los cuales estaba el 'sillón maldito.'

         Un bedel, rebuscando en el trastero encontró el sillón y lo utilizó para descansar durante las clases. A los tres días, lo hallaron muerto como si se hubiese quedado dormitando, pero nadie lo atribuyó a la maldición del Sillón. El empleado que sustituyó al fallecido, también falleció al poco tiempo, y fue entonces cuando la advertencia de Andrés de Proaza empezó a calar en la gente, hasta tal punto, que se decidió colgarlo del techo de la sacristía de la antigua Universidad de Valladolid, hasta el año 1909 en la posición anteriormente citada, patas arriba, a una altura mayor a la de un hombre y sujeto con dos abrazaderas de hierro para que nadie, jamás se pudiese sentar en él.

        Cuando se derribó el edificio histórico de la Universidad, fue trasladado al Museo Arqueológico de Valladolid. Con motivo del sexto centenario de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid formó parte de las piezas que se mostraron en una exposición conmemorativa en el Museo de la Universidad de Valladolid, cuando este museo estaba situado en el Palacio de Santa Cruz.

Fuentes: Wikipedia, www.pasarmiedo.com