En la mitología griega, Metis era la titánide que personificaba la prudencia o, en el mal sentido, la perfidia (forma de engaño en la que una parte se compromete a actuar de buena fe con la intención de 
romper esa promesa una vez que el enemigo se haya expuesto ante ellos). Era también una oceánide, hija de Océano y de Tetis.
    Fue ella quien, obedeciendo a Zeus, dio a Crono, el brebaje que le hizo vomitar a los hijos que había devorado. 
     Fue la primera amante y esposa de Zeus, de quien al principio se 
esforzó en apartarse metamorfoseándose de diversas formas. Metis 
profetizó a Zeus que daría a luz una hija y después un hijo que estaría 
destinado a gobernar el mundo, si bien Hesíodo afirma que fueron Urano y Gea quienes le hicieron esta revelación. Por esto Zeus la devoró cuando estaba embarazada de Atenea, y más tarde él mismo dio a luz a su hija, quien brotó de su cabeza con la ayuda de Hefesto.
     Platón menciona a Poros como hijo de Metis.
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