En la mitología nórdica, Sváva o Sváfa era una valquiria, hija del rey Eylimi. Debido a ello era probablemente también la tía materna de Sigurd, el asesino del dragón.
El rey noruego
Hjörvarðr y Sigrlinn de Svávaland tenían un hijo que era un hombre
silencioso y a quien ningún nombre se le podía dar. Un día, sentado en una colina, vio
montadas a caballo a nueve valquirias de las cuales Sváva era la más
hermosa.
Sváva lo llamó Helgi y le preguntó si quería un regalo con su
nombre, pero Helgi no deseaba nada más que a
ella. Entonces le informó de la localización de una gran espada grabada
con serpientes y runas
mágicas. Sváva había dado a Helgi su nombre y durante sus batallas,
ella estaba siempre estaría allí para él, protegiéndolo del peligro.
Después de ganar fama en la batalla, Helgi fue a visitar al rey
Eylimi y le pidió la mano de su hija. El rey Eylimi consintió y así
Helgi y Sváva intercambiaron sus votos. Aunque se casaron, ella
permanecía con su padre y Helgi en las batallas.
Álfr, el hijo del rey Hróðmar deseó vengarse de su padre y desafió a Helgi a un duelo en Sigarsvoll. Helgi recibió una herida mortal debido a la maldición de una mujer trol
y Álfr ganó. Helgi entonces envió a su compañero Sigarr al
rey Eylimi para traer a Sváva para encontrarse con ella antes de morir.
En su lecho de muerte, Helgi pidió a Sváva que se casara con su
hermano Heðinn. Este último, ella no
lo volvería a ver de nuevo hasta que hubiera vengado la muerte de
Helgi.
Ambos, Helgi y Sváva renacerían como Helgi Hundingsbane y Sigrún y así continuarían con sus aventuras.
Fuente: Wikipedia