En la mitología
romana , Salacia era la diosa del mar. Casada con Neptuno, dios del mar y el agua.
Se la suele representar como una hermosa ninfa, coronada de algas, sentada en el
trono junto a Neptuno o conduciendo con él en un carro de conchas de
perlas conducido por delfines, caballitos de mar u otras criaturas, y acompañada de tritones y nereidas.
Cuenta la leyenda que Neptuno quiso casarse con ella, pero ella no quería y huyó al océano Atlántico, donde se escondió. Neptuno, lejos de rendirse, envió un
delfín para buscarla y traerla de vuelta. Salacia, al ver que no tenía opción, aceptó casarse con Neptuno y el delfín recibió, como recompensa un lugar en
los cielos.