Tyr es el dios de la guerra en la mitología nórdica, descrito como el Hombre de una Sola Mano. Según la Edda mayor es hijo del gigante Ymir y de Frilla. Snorri Sturluson lo describe como hijo de Odín y de Frigg.
Fue sobrepasado en renombre y en autoridad por Odín en las tradiciones germánicas del norte y del oeste. Sin embargo, entre las tribus germánicas del este, seguia siendo el dios supremo. Los godos del siglo III eran temidos porque sacrificaban a los cautivos que tomaban en batalla, en honor de Tyr, su dios de la guerra, y después colgaban los brazos de las víctimas en árboles
como símbolos de ofrecimiento.
Es posible que la transferencia de la supremacía de Tyr a Odín fuese facilitada por la costumbre germánica de la diarquía (gobierno compartido por dos reyes),
de modo que los dos dioses pudieron haber gobernado el panteón
germánico primitivo como seres iguales en cierto punto. Un rastro de su
relación se puede considerar en el aspecto de Tyr como hijo de Odín en
la mitología nórdica, y también en la anglosajona, si Tyr es
identificado con Saxnot, el 'dios de la guerra' e hijo de Woden (Odín), que fue venerado como antepasado de los sajones.
Según el Edda, los dioses decidieron encadenar al lobo Fenrir, pero la bestia rompía cada cadena que le colocaban. Finalmente hicieron que los enanos les fabricaran una cinta mágica llamada Gleipnir,
de materiales tales como:
- el sonido de las pisadas de un gato
- la barba de una mujer
- las raíces de una montaña
- los tendones de un oso (se cree que hacía referencia a los nervios o la sensibilidad)
- el soplo de unos peces
- la saliva de un pájaro.
Pero Fenrir presintió el engaño de los dioses y rechazó
permanecer amarrado con esta cinta a menos que uno de ellos pusiera su
mano en la boca del lobo, en señal de buena fe. Tyr, conocido por su
gran valor, accedió, y los otros dioses amarraron al lobo. Fenrir sintió
que lo habían engañado y mordió la mano del dios. Fenrir seguirá siendo
encadenado hasta el día de Ragnarök. Durante el Ragnarok, Tyr matará y será muerto por Garm, el perro guardián de Helheim.
Entre su posesiones destaca su espada, Tyrfing. Fue forjada por los enanos que
habían forjado la lanza de Odín, cortaba como si fuese
tela el acero y la roca, y no se oxidaba ni deterioraba. Pero los
enanos, enfurecidos contra los dioses por verse obligados a forjar las
armas sagradas, maldijeron esta espada otorgándole el siniestro don de
acabar con una vida cada vez que era desenvainada, y además acabaría con
la vida de su propietario si no se desenvainaba en una lucha justa. Tyr era considerado el dios patrono de la espada y era indispensable grabar
el signo o la runa que le representaba bajo la hoja de todas las espadas
para obtener la victoria.
Fuente: Wikipedia, http://www.tierraquebrada.com/