En la mitología griega, Faetón o Faetonte era hijo de Helios, y de Clímene, esposa de Mérope, a la que Helios sedujo.
Alternativamente, sería el hijo que Eos dio a Céfalo y que Afrodita robaría cuando no era más que un niño, para convertirlo en un daimon, guardián nocturno de sus más sagrados santuarios. Fue padre con Afrodita de Astino. Los cretenses le llamaron Adymus, que para ellos significaba estrella de la mañana y de la tarde.
Faetón alardeaba con sus amigos de que su padre era el dios-sol.
Estos se resistían a creerlo, lo cual enojó a Faetón que terminó acudiendo a su padre Helios,
quien juró por el río Estigia darle lo que pidiera. Faetón quiso conducir su carruaje
un día. Faetón perdió el
control de los caballos blancos que tiraban del carro. Primero giró
demasiado alto, de forma que la tierra se enfrió. Luego bajó demasiado, y
la vegetación se secó y ardió. Faetón convirtió accidentalmente en desierto la mayor parte de África, quemando la piel de los etíopes hasta volverla negra. Finalmente, Zeus fue obligado a intervenir golpeando el carro desbocado con un rayo para pararlo, y Faetón se ahogó en el río Po.
Helios se entristeció mucho al oír que su hijo había muerto y, como
consecuencia, la tierra pasó un día en penumbra. Climene vagó por el
mundo desconsolada. Sus hermanas, las helíades, también se apenaron y fueron transformadas en alisos o álamos, según Ovidio, convirtiéndose sus lágrimas en ámbar.
Fuente: Wikipedia, https://mitosyleyendascr.com/