La sibila cumana, de Domenichino. |
En la mitología griega, la Sibila de Cumas o sibila cumana era natural de Eritras (en la costa oeste de la actual Turquía). Su padre era Teodoro y su madre una ninfa. Nació con el don de la profecía.
En la Antigüedad se la consideró como la más importante de las diez sibilas conocidas. A esta se la llamaba también Deífoba. Apolo
era el dios que inspiraba las profecías de las sibilas y prometió que
concedería un deseo a la sibila de Cumas. Ella cogió un puñado de arena
en su mano y pidió vivir tantos años como partículas de tierra había
cogido; pero se le olvidó pedir la eterna juventud, así es que con los
años empezó a consumirse tanto que tuvieron que encerrarla en una jaula
que colgaron del templo de Apolo en Cumas.
La leyenda dice que vivió nueve vidas humanas de 110 años cada una.
También se cuenta de ella que en una ocasión guio por el Hades a Eneas, príncipe troyano, para que visitara a su padre Anquises.
En otra ocasión, la Sibila se presentó ante el rey romanoTarquinio el Soberbio como una mujer muy anciana y le ofreció nueve libros proféticos
a un precio extremadamente alto. Tarquino se negó pensando en
conseguirlos más baratos y entonces la sibila destruyó tres de los
libros. A continuación le ofreció los seis restantes al mismo precio que
al principio; Tarquinio se negó de nuevo y ella destruyó otros tres.
Ante el temor de que desaparecieran todos, el rey aceptó comprar los
tres últimos pero pagó por ellos el precio que la sibila había pedido
por los nueve. Estos tres libros fueron guardados en el templo de Júpiter y eran consultados en situaciones muy especiales. En 83 a. C. el fuego destruyó los llamados Libros Sibilinos originales y hubo que formar una nueva colección que no ha llegado hasta nuestros días porque en 405 el general romano Estilicón, ordenó su destrucción. Estos libros ejercieron gran influencia en la religión romana hasta el reinado de Augusto.
Fuente: Wikipedia