domingo, 5 de agosto de 2018

BACANTES

Bacantes, de Nicolas Poussin
     Según la mitología griega, las bacantes eran mujeres griegas adoradoras del dios Baco, conocido también como Dioniso o Bromio. A veces se las confunde con las ménades, que eran las ninfas que le servían.

     El culto al dios Baco, en la Antigua Grecia fue muy importante e incluso influyó mucho en el pensamiento filosófico de los griegos. Originalmente, Baco era un dios tracio que fue aglutinando diferentes ritos. El descubrimiento de la cerveza y el del vino fue asociado por los agricultores a un dios presa de la «locura divina».

     Posteriormente, la unión de Baco con el dios Pan le dio un giro feminista debido a los ritos de fertilidad del culto de este último: las bacantes, eran quienes llevaban a cabo estos ritos, ceremonias secretas en su mayoría prohibidas a los varones. En Roma las bacanales u orgías se abrieron a todo el mundo, degenerando de tal forma que el Senado las prohibió.

     Tanto las matronas como las doncellas subían en procesión a un monte solitario y durante unos días, sin contacto con hombre alguno se lanzaban a un desenfreno de alcohol, misticismo y alucinógenos. Las madres de niños pequeños quedaban al margen.

     El rito consistía en despedazar a pequeños animales vivos y comerlos, representaba a Baco siendo devorado por los titanes. Según la mitología, este hecho permitió a los titanes tener una chispa de divinidad. Así el hombre, que tiene una parte divina y otra terrestre, al comer al dios Baco intentaba ser más divino. 

     También tenían mucho contenido erótico: Eurípides cuenta que pasaban noches enteras bailando desnudas, excitadas en un éxtasis no sólo alcohólico. Se suponía que dichas prácticas fomentaban la fertilidad, y las matronas hacían de sacerdotisas proporcionando alcohol y drogas alucinógenas a las jóvenes. La leyenda afirma que recorrían los bosques insinuándose y lastimando a los hombres que encontraban. La danza de las ménades era el rito central de las ceremonias.

      Las mujeres que creyeran que habían hecho el amor con los dioses se consideraban afortunadas y protegidas.

     Se supone que dichos rituales no desaparecieron completamente y se mantuvieron en la clandestinidad hasta bien entrada la Edad Media, ya que se han encontrado vasijas y pinturas medievales representando los ritos bacantes (Museo Nacional de Nápoles). La descripción de un aquelarre es muy similar a la de una bacanal.

Fuente: Wikipedia