Para la mitología griega, el Olimpo era el hogar de los dioses olímpicos, los principales dioses del panteón griego, presididos por Zeus. Los griegos creían que en él había construido mansiones de cristal en las que moraban los dioses.
El palacio del Olimpo fue construido por los cíclopes, quienes fueron
liberados del tártaro por Zeus, estos en agradecimiento le dieron el
poder del rayo para vencer a los titanes.
El número
de los dioses que habitaban ese Olimpo es impreciso.
Parece que su número era doce: Zeus, Hera, Poseidón, Afrodita, Ares, Atenea, Hermes, Apolo, Artemisa, Hefesto, Deméter y Hestia.
Se fueron agregando algunos que reemplazaron a otros para que el número de dioses quedara estable en doce. Zeus, Hera, Poseidón, Ares, Hermes, Hefesto, Afrodita, Eros, Atenea, Apolo y Artemisa son siempre considerados dioses olímpicos. Hestia, Deméter, Dioniso, Hades, Perséfone, Hebe, Asclepio y Heracles, después de ser divinizado.
Hades, no posee trono en el
Olimpo, ya que, a pesar de ser uno de los dioses más importantes, su
morada en el mundo subterráneo de los muertos hacía su relación con los
olímpicos más delicada. Hestia fue uno de los doce Olímpicos durante
mucho tiempo, aunque terminó cediendo su lugar a Dionisio. Perséfone
pasaba la tercera parte del año en el inframundo y se le permitía volver al Olimpo durante los restantes meses
para que pudiera estar con su madre, Deméter.
Fuente: Wikipedia, http://www.vivirdiario.com/