En la mitología griega Anaxágoras fue un rey de Argos, hijo de Megapentes o de su hijo Argeo. Durante su reinado, las mujeres de Argos fueron enloquecidas por Dionisos, y el adivino Melampo fue requerido para curarlas. Éste pidió un tercio del reino como pago, pero el rey no aceptó. Entonces las mujeres enloquecieron aún más y el rey tuvo que recurrir de nuevo a Melampo. Esta vez, el adivino reclamó un tercio adicional del reino para su hermano Biante. En ocasiones esta última leyenda tiene como personaje no a Anaxágoras sino a su abuelo Preto.
Anaxágoras fue sucedido por su hijo Aléctor. Su dinastía reinó más tiempo que la de Biante y Melampo, y más tarde el reino sería unificado de nuevo bajo su último miembro, Cianipo.
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