Sémele es un personaje de la mitología griega. Su equivalente en la mitología romana es Stimula. Era hija de Cadmo, rey de Tebas, y de la diosa Harmonía. Elegida por el dios Zeus como amante mortal, que engendró a Dioniso, que es el dios de la vendimia y el vino.
Hera,
celosa por los encuentros, le dijo que, en
verdad, estaba siendo engañada, pues su verdadero amante no era Zeus,
sino un hombre normal y corriente que se hacía pasar por la divinidad
aprovechándose de ella. Ante esto, y si quería estar
segura, debería pedirle que este le diera alguna prueba de su poder e
inmortalidad.
Sémele le pidio a Zeus que le demostrara
su poder, y este, feliz porque a esas alturas ella ya estaba
embarazada, le prometió que le daría todo cuanto ella deseara. Ella,
perseguida por las palabras de Hera, le imploró que se le apareciera en
todo su esplendor y, aunque el dios trató de persuadirla para que
pidiera otra cosa, no encontró el modo de convencerla. Los rayos y el fuego que este desprendía acabaron por
incinerar a Sémele. Zeus consiguió salvar al niño y lo cosió a su muslo
para que terminara su proceso de gestación. Unos meses después, Dioniso
nació en el monte Pramnos de la isla Icaria, a donde Zeus fue para liberarlo, ya crecido, de su muslo.
Tiempo después, Dioniso bajó al Inframundo y consiguió hacer que
Sémele regresara de entre los muertos y viviera junto a los dioses, bajo
el nombre de Tíone.
Fuente: Wikipedia