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| Leda y el Cisne, de Johann Hoffman | 
     En la mitología griega, Leda, hija de Testio y esposa del rey Tindáreo de Esparta, fue una de las féminas seducidas por Zeus.
     Zeus descendió del Olimpo en forma de un cisne al mundo terrenal, y vio a Leda
 mientras ella paseaba junto al río Eurotas. Según la historia, Zeus violó o sedujo a Leda en la misma noche en que ella se había 
acostado con su esposo, el rey Tíndaro. Más tarde Leda dio a luz a dos parejas de hijos: por 
un lado, a Helena y a Pólux, que serían hijos de Zeus y, por lo tanto, inmortales; y, por otra parte, a Clitemnestra y a Cástor, considerados hijos de Tíndaro,  y en consecuencia, mortales. Sin embargo, se considera a Pólux y Cástor gemelos, y se les conoce como los Dioscuros.
     En algunas versiones, ella puso dos huevos de los que nacieron los niños. En otras versiones, Helena es una hija de Némesis, la diosa que personificaba el desastre que le esperaba a las personas que padecen el orgullo de la desmesura.
     Otra versión es que, Zeus convertido en cisne, sedujo a Némesis
 convertida en oca, y Némesis puso un huevo azul que fue encontrado por 
un pastor y llevado a la reina Leda. Otra versión asegura que fue puesto
 entre los muslos de Leda por el dios Hermes
 y criados los hijos por esta; de ahí que se diga que los Dióscuros, 
Cástor y Pólux, y Helena de Troya, entre otros, sean sus respectivos 
hijos.
Fuente: Wikipedia 
