Alfeo y Aretusa |
En la mitología griega, Alfeo es uno de los oceánidas, un dios del río (que lleva su nombre) del Peloponeso (península de Grecia). Alfeo era hijo de Océano y Tetis, como la mayoría de los ríos.
Según Pausanias Alfeo era un apasionado cazador que se enamoró perdidamente de la ninfa Aretusa, una cazadora del séquito de Artemisa
que se había prometido a sí misma permanecer virgen el resto de su
vida. Por esto la ninfa rechazó las pretensiones del oceánida y huyó a
la isla de Ortigia, cerca de Siracusa. Allí se transformó en la fuente que lleva su nombre, para librarse de su acosador. Alfeo se transformó entonces en el río del Peloponeso, y cuentan que sus aguas se internan en la tierra y viajan hasta Ortigia para unirse a las de su amada.
Según Ovidio, Alfeo era un río de Arcadia donde se bañaba Aretusa que, sorprendida por el dios, huyó corriendo y pidió auxilio a Artemisa. La diosa se apiadó de ella y la convirtió en un manantial que corre bajo tierra hasta la isla de Ortigia.
Esta historia viene de que el río
Alfeo se comunicaba subterráneamente con las aguas del manantial de
Aretusa. De hecho, Estrabón afirmaba que si se arrojaba una copa al Alfeo, aparecería en la fuente de Ortigia.
Posteriormente Alfeo se casó con Telégone, la hija de Faris, y tuvo con ella a Orsíloco, Fegeo y Melantea.
Otra historia hace a Artemisa el objeto del deseo de Alfeo. La persiguió hasta Letrini,
donde la diosa se cubrió el rostro con barro y ordenó a las ninfas de
su séquito que hicieran lo mismo. Así, Alfeo no pudo distinguir a su
amada y, humillado, se retiró. Deja constancia de esta leyenda el que
ambos dioses compartían altar en la ciudad de Olimpia.
Plutarco narra una historia sobre este personaje diferente a las anteriores. Según él, Alfeo era un hijo del dios Helios que mató a su hermano Cércafo en una competición. Desesperado por los remordimientos y acosado por las Erinias, Alfeo se arrojó al río Níctimo, que desde entonces tomó su nombre.
Fuente: Wikipedia