jueves, 16 de abril de 2020

HÉLENO

     Según la mitología griega, Héleno fue un príncipe troyano, hijo del rey Príamo y su esposa la reina Hécuba.

     Él y su hermana melliza, Casandra, fueron dotados por el dios Apolo con el poder de la adivinación, lo que demostraron siendo aún niños, pues al nacer su hermano, Paris, estos corrieron llorando donde su padre, diciendo que cada vez que veían al bebé tenían espantosas visiones de Troya siendo destruida. Como eran solo niños su padre no les creyó y éstos, molestos, exigieron que fuesen al templo de Apolo y allí le confirmaran si mentían o no. Su padre accedió y quedó sorprendido cuando la sacerdotisa le dijo que aquellos pequeños habían sido bendecidos con grandes poderes para ver el futuro. Desde entonces Príamo prestó atención a las palabras de sus hijos, quienes insistían en que el nuevo niño sería el causante de la destrucción de Troya. Entonces, el rey asustado y no queriendo matar a su hijo más pequeño, ordenó que este fuese abandonado a su suerte en el Monte Ida.

     Pasaron los años y cuando Casandra creció se convirtió en una hermosa joven. Sin embargo, por no haber accedido a unirse con Apolo, este la maldijo haciendo que continuase viendo el futuro, mas nadie jamás volvería a creerle. Advertirá a sus compatriotas de la treta del caballo de Troya; sin embargo, la maldición impidió que se le prestara atención.

     Héleno continuó profetizando, le nombraron supremo augur (sacerdote que practicaba la adivinación) de la ciudad. Sin embargo, no pudo percibir el peligro al reaparecer Paris con vida, ser reacogido por su padre en el palacio real y restaurársele la dignidad de príncipe.

     Durante la guerra, Héleno no se destaca por su habilidad en combate; Homero lo alaba como el mejor de los augures sobre la tierra, mas también dice que es herido en combate por Menelao y también capturado por Odiseo, pero que finalmente regresa a Troya con vida.

     Tras la muerte de Paris a manos del arquero Filoctetes, Helena queda viuda, y tiene dos pretendientes entre los príncipes de la ciudad: Deífobo, el segundo de los hijos de Príamo, quien a la muerte de Héctor se había convertido en el heredero al trono y Héleno, quien no estaba claro si deseaba casarse con ella, o era una excusa para devolverla a los griegos de una vez por todas y así evitar la destrucción de la ciudad. Los hermanos se la disputaron y al final Deífobo venció y se casó con Helena.

     Héleno decidió abandonar Troya y establecerse en el monte Ida donde, poco después, fue apresado por Odiseo.

     Una vez frente a los griegos, Héleno, resentido contra su hermano y dejando atrás toda lealtad a su ciudad, reveló a sus enemigos todos los augurios que impedían que Troya fuera tomada:
  • Troya nunca sería tomada si no estaban presentes los huesos de Pélope.
  • Troya nunca sería tomada si el hijo de Aquiles, Neoptólemo, no participaba en la guerra
  • Troya nunca sería tomada mientras el Paladión permaneciera dentro de la ciudad.
     Después de que los aqueos consiguieran vencer los impedimentos señalados por Héleno, concibieron la estratagema del caballo de Troya. Este artilugio fue la pieza clave a la hora del asalto final contra la ciudad, que finalmente fue tomada y saqueada.

     La vida de Héleno fue perdonada, y después de la caída de Troya fue entregado como esclavo a Neoptólemo, al igual que se hizo con Andrómaca, la viuda de Héctor. Marcharon al país de los molosos, y allí Neoptólemo dio a Héleno como esposa a su madre: Deidamía. Héleno fundó posteriormente una ciudad en Molosia y vivió allí.

     En cambio, en otra versión, marcharon a Epiro y, cuando el hijo de Aquiles murió a manos de Orestes, Héleno tomó por esposa a Andrómaca y reinó junto a ella en Epiro, donde, más tarde, recibieron a Eneas.

Fuente: Wikipedia