Sugaar, también llamado Sugar o Maju,
Suarra, Sugahar, Sugoi o Maiu, es una deidad de la mitología vasca
precristiana. Es una divinidad de carácter masculino, consorte de la
diosa Mari, y padre de Mikelats (hijo perverso) y Atarrabi (hijo bondadoso).
Sugaar es capaz de cambiar de forma, tomando generalmente forma humana o forma de serpiente o dragón.
Tiene diversas moradas terrenales,
como, en las cuevas de Amunda (o Agamunda) y de Atarreta, ambas en el
pueblo guipuzcoano de Ataun; o en la cueva de Baltzola en Batzolamendi, en el barrio de Indusi en Dima (Vizcaya).
Una leyenda vizcaína lo vincula al origen mitológico del linaje de
los señores de Vizcaya. Según esta leyenda, una princesa escocesa
refugiada en Mundaca
tuvo un encuentro erótico con Sugaar, de donde nacería Jaun Zuria,
primer Señor de Vizcaya que venció a las tropas leonesas o asturianas en
la también mítica batalla de Padura, persiguiendo a los invasores hasta
llegar al Árbol Malato, en el que estableció la frontera de Vizcaya.
En Ataun, se podía ver a Sugaar
surcando el firmamento en forma de hoz o media luna de fuego, y que esto
era también presagio de tormentas y tempestades. También castigaba a quienes desobedecen a sus padres o
han sido malditos por ellos. Por ello, está considerado como una figura
negativa, llegándose a compararle con el mismísimo diablo en algunos
lugares.
Fuentes: Wikipedia, https://compartiendoluzconsol.wordpress.com/