En la mitología griega, Eos era la diosa titánide de la aurora, que salía de su hogar al borde del océano que rodeaba el mundo para anunciar a su hermano Helios, el Sol.
Eos abría las puertas del infierno para que Helios pudiera conducir su carro por el cielo cada día. En la Ilíada de Homero, la describia con una toga de color azafrán bordada o tejida con flores; con dedos sonrosados y brazos dorados, era representada en vasijas áticas como una mujer sobrenaturalmente hermosa, coronada con una tiara o diadema y con largas alas con plumas blancas de pájaro.
Era hija de Hiperión y Tea (o Palas y Estigia) y hermana de Helios (el Sol) y Selene
(la Luna), según Hesíodo.
Titono, hijo del rey Laomedonte de Troya, se
convirtió en su esposo. Eos le pidió a Zeus que le diese el don de la
inmortalidad, pero se olvidó de pedir también la eterna juventud, como consecuencia, se deterioraba más y más. Eos le encerró en su
cuarto y se despertaba más pronto cada mañana para no tener que verle.
Los consortes y descendencia que se le conocen, son los siguientes: